Construir comunidad
Elementos y materiales tradicionales como un atrio central, celosías o ladrillos cocidos a mano ponen al día la vivienda pública de alquiler
Ladrillo y patio por fuera, flexibilidad por dentro. Esas dos claves describen el control bioclimático y la versatilidad en estas viviendas sociales de alquiler proyectadas por los arquitectos Peris&Toral en el barrio barcelonés de Besós.
La entrada, lo que organiza el acceso, es un atrio tradicional y, por lo tanto, bioclimático. Eso es también lo que ilumina y garantiza la ventilación cruzada de las 54 viviendas que hay en este edificio en el ...
Ladrillo y patio por fuera, flexibilidad por dentro. Esas dos claves describen el control bioclimático y la versatilidad en estas viviendas sociales de alquiler proyectadas por los arquitectos Peris&Toral en el barrio barcelonés de Besós.
La entrada, lo que organiza el acceso, es un atrio tradicional y, por lo tanto, bioclimático. Eso es también lo que ilumina y garantiza la ventilación cruzada de las 54 viviendas que hay en este edificio en el barrio barcelonés de Besós. El patio lleva además luz natural al aparcamiento subterráneo y a la sala polivalente y los vestuarios que ocupan las plantas bajas. Ese atrio funciona, naturalmente, además de como zona comunitaria y recurso térmico, acústico y lumínico, como captador solar en invierno y como chimenea solar —aumentando la superficie de disipación— en verano.
Al patio de acceso que mantiene a raya la temperatura, los arquitectos Peris&Toral han sumado una entrada de aire, en la planta primera de la fachada norte, que permite la renovación del propio aire de ese espacio. Más allá de ese lugar comunitario con capacidad para regular la temperatura, el edificio de viviendas tiene una terraza comunitaria, en la planta quinta, y un mirador en la décima. Ambos lugares extienden y polarizan las zonas comunes compartidas del inmueble.
Al margen del diseño, también la materialidad del edificio contribuye a su aislamiento y a su ahorro energético. Construido en ladrillo de fabricación manual, “y cocido con biomasa”, apuntan los arquitectos, este material contribuye a fortalecer la inercia al atrio. Su colocación manual permite también la formación de otro recurso tradicional: la construcción de celosías que ofrecen a la vez privacidad, ventilación, filtro solar y seguridad —“mecanismos anti-intrusión”, lo llaman Marta Peris y José Toral—. Hay celosías en planta baja y en las terrazas.
El diseño contempla más ideas que no se sienten más que se ven. En el interior de las viviendas, una estructura de luces de 10 metros libera la planta. El baño y la cocina se agrupan en la medianera para liberar el resto de la planta y ofrecer tres distribuciones posibles, es decir: tres maneras de habitar diferentes.
La distribución convencional dispone la sala en la esquina, separando la zona de día y la de noche. Otra opción agrupa las habitaciones en la esquina, diferenciando el ámbito de la cocina-comedor con las funciones de los espacios alejados para descansar o trabajar. Se trata de alejar para que los usos no interfieran entre sí. Entre ambas opciones, la sala ocupa una posición central para tener dos espacios diferenciados pero conectados visualmente. Todas estas disposiciones permiten la ventilación cruzada que rebaja la temperatura del edificio.
Pensado por dentro y por fuera, tanto desde la convivencia como desde la construcción de los espacios, los materiales, estas viviendas de Peris&Toral, son otro ejemplo más de una brillante trayectoria que busca mejorar las condiciones de vida y la manera de pensar y construir las viviendas sociales.
Presupuesto, según los arquitectos: 1.100 euros por metro cuadrado PEC (Precio de Contrato).