Hotel tres en uno

Hace 26 años Cutu Mazuelos y Eva Prego fundaron un estudio que actualizó el diseño de muebles que se hacía en Madrid. Luego se convirtieron en excelentes interioristas. Como los mejores diseñadores, eran capaces de ser audaces y rompedores sin que eso supusiera una condenar a sus diseños a una temprana obsolescencia. Lo potente no pasa de moda.

Ese espíritu de reinvención continua es el diseño. Y Mazuelos, Prego y su equipo lo han llevado a todo cuanto han hecho: de idear locales —farmacias, ba...

Hace 26 años Cutu Mazuelos y Eva Prego fundaron un estudio que actualizó el diseño de muebles que se hacía en Madrid. Luego se convirtieron en excelentes interioristas. Como los mejores diseñadores, eran capaces de ser audaces y rompedores sin que eso supusiera una condenar a sus diseños a una temprana obsolescencia. Lo potente no pasa de moda.

Ese espíritu de reinvención continua es el diseño. Y Mazuelos, Prego y su equipo lo han llevado a todo cuanto han hecho: de idear locales —farmacias, bares, estaciones de esquí, oficinas, viviendas y hasta esculturas singulares— pasaron a diseñar hoteles y restaurantes, también singulares, y por medio mundo. La reinvención continua y el idear lo que quedará son sus mayores logros profesionales. Por eso, casi ya ni sorprende que lo que han inventado ahora no haya sido esta vez un recurso formal, una mezcla insólita de colores, un ajuste técnico o estético —aunque también—. Con los hoteles Ibis Style y Novotel Las Ventas que han diseñado para el grupo hotelero Accor en Madrid han repensado la tipología del hotel. Y han optado por que ambos alojamientos compartan zonas comunes. Se ha ganado espacio y comodidad y se ha hecho que el restaurante Insólito (también del grupo hotelero) tenga facilidad para multiplicar sus clientes.

¿Cómo unir diferenciando? ¿Cómo hacer convivir dos tamaños, estéticas y costes distintos? ¿Cómo distinguir, en suma, las tres marcas? Para Ibis Styles —la versión más cuidada de la cadena— Mazuelos y Prego recurrieron a los cómics españoles de los años cincuenta: “Los colores, las texturas o la decoración de las habitaciones recuerdan a estos legendarios dibujantes demostrando a los visitantes que España es un país con un enorme valor cultural más allá de sus museos y teatros”, explica Mazuelos.

La paleta de colores de esos tebeos es amplia, “pero con el encanto de las limitaciones de la cuatricromía, que obligaba a unos colores un tanto pasteles”, explica. La gama de los materiales empleados es, en cambio, limitada y eso crea sensación de orden, refuerza la identidad y permite ajustar un presupuesto. En el Ibis, los acabados y hasta el mobiliario —silla Globus de Stua
, lámpara de mesa C-Ball de B.Lux o sofá-cama Up-lift de Prostoria— actúan subrayado el espacio, coloreándolo.

Los años cincuenta —el momento histórico en el que triunfaron los cómics españoles entre otras cosas por la dificultad de acceder a los norteamericanos— inspiran también los bares, la recepción y las zonas comunes: hay calidez, eficacia y glamour: el pasado actualizado, los tapizados —tan necesarios para la acústica— colorean y acomodan a lo usuarios. Todas estas áreas comunes, la recepción, el restaurante o el bar, comparten un espacio amplio y fluido, sin barreras, con vistas a la terraza y a una piscina. Las formas redondeadas del mobiliario contemporáneo, y una paleta cromática sobria distingue las habitaciones del Novotel, amueblado con lámparas italianas y sillas, camas y sofás de diseño español. La convivencia se consigue, así, uniendo espacio e interpretando una estética amable, cercana y cálida con las que los años cincuenta quisieron hacer del mundo un lugar cómodo, luminoso y de nuevo esperanzador.