Un ole taurino para el pregonero director de la RAE y para Mundotoro TV (a pesar del desconcierto)
La tauromaquia está tan abandonada y vapuleada que no debiera olvidar la gesta pública de un intelectual de alto prestigio
Que el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, suba al escenario del teatro Maestranza de Sevilla para pregonar la feria taurina de abril es un acto heroico solo comparable con atreverse a hacer el paseíllo, unos metros río Guadalquivir arriba, en el amarillo albero de la plaza ovalada.
Que un personaje de su talla intelectual, que ocupa un puesto de altísima responsabilidad y pres...
Que el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, suba al escenario del teatro Maestranza de Sevilla para pregonar la feria taurina de abril es un acto heroico solo comparable con atreverse a hacer el paseíllo, unos metros río Guadalquivir arriba, en el amarillo albero de la plaza ovalada.
Que un personaje de su talla intelectual, que ocupa un puesto de altísima responsabilidad y prestigio dentro y fuera de este país, acepte hablar bien de toros hoy en España es un acto de extrema relevancia que no debiera pasar desapercibido para un sector que tiene tantos motivos para sentirse desairado por una mayoría social, pública y privada, que ha hecho del desdén a los toros un signo de progresía.
Si los taurinos, incluidos los aficionados, fueran conscientes de la gravedad del momento que atraviesa la tauromaquia y de la imperiosa necesidad de que hombres y mujeres de reconocido crédito político, económico, cultural, o deportivo se adentren sin complejos y sin miedo en la fiesta de los toros, habrían abarrotado el teatro y se habrían dado codazos para sacar a hombros a Santiago Muñoz Machado por el Paseo de Colón hasta la misma Puerta del Príncipe, en señal de reconocido agradecimiento.
Y no por la brillantez de su discurso, sino por su valiente compromiso. No tiene pinta el director de la RAE de ser un aficionado al uso, y seguro que conoce mejor a Cervantes que a cualquier figura del toreo moderno; ni siquiera responde al estereotipo del hombre andaluz. La impresión que transmitió desde el atril es que es serio, reservado, poco expresivo, y que no se siente cómodo hablando en público, porque no es un buen orador.
María Casado (TVE) se justificó ante la audiencia del programa ‘Las tres puertas’ por haber invitado a Roca Rey
Pero allí estuvo un catedrático de derecho administrativo, un jurista, un escritor, un intelectual respetado, un representante de la cultura española hablando sobre los caballos toreros de los Peralta, de las polémicas taurinas vividas en la literatura desde el siglo XVIII, y de cómo el léxico taurino impregna la lengua española.
Por ello, Santiago Muñoz Machado, —que carece de dotes para el género del pregón, ni falta que le hace— dictó una lección que no debió pasar desapercibida para todos los que se llaman taurinos. Un ole, pues, sentido y emocionado para este ‘torero’ de semblante severo, valiente y artista.
Pero la torería del director de la RAE contrasta con la realidad, cada vez más antitaurina, más habitual y, por lo general, aceptada, mal que bien, por todos.
He aquí dos ejemplos recientes.
Hace unos días, una tuitera escribía en su cuenta lo siguiente: “Paseando por la Maestranza, una guía turística estaba explicando que ‘los toros en Francia están prohibidos, en Cataluña están prohibidos y en el resto del país los quieren prohibir’. Me salía el humo por las orejas; qué manera de mentir”.
El pasado 8 de marzo, el programa ‘Las tres puertas’, de la 2 de TVE, que produce Antonio Banderas y presenta María Casado, entrevistó a Roca Rey, el torero de moda. ¡Noticia…! Cuánto tiempo ha que no aparece un torero en un programa de entrevistas en la televisión pública… La charla fue divertida y simpática, pero Casado se vio en la necesidad de justificar ante la audiencia semejante pecado. Antes de despedir al invitado, la presentadora, con una sonrisa de oreja a oreja, le dijo textualmente: “Es un gusto tenerte aquí, seguramente, porque te digo una cosa: este programa, independientemente de las profesiones de cada uno, y como dices tú, de las críticas, es suficientemente de mente abierta como para recibir gente de todo tipo de profesiones, y que tengamos esa libertad de poder charlar y compartir un ratito como este”. (Es decir, que sepas que te hemos hecho un favor, y pedimos perdón a los espectadores por haberte invitado).
Y en estas, Movistar decidió clausurar su Canal Toros y diseñó una estrategia para que quedara en la nebulosa si la decisión obedecía a la irrupción de un competidor inalcanzable o a su indeclinable deseo de romper amarras con la tauromaquia. La evidencia ha demostrado que Movistar tenía acordado dar carpetazo a la tauromaquia y adiós muy buenas. No es que se haya apartado ante la llegada invasora de OneToro; es que ha huido.
Por fortuna, surgió OneToro, reconvertido después en Mundotoro TV. Y apareció viento en popa a toda vela con acuerdos millonarios sobre la Feria de Abril, San Isidro y la de julio de Valencia. Y desde las primeras palabras de Moritz Roever, director ejecutivo de la nueva empresa, se atisbó que el nuevo inquilino se presentaba envuelto en una nebulosa que proyectaba una indeseable desconfianza. Días más tarde, en una rueda de prensa en un hotel madrileño, todas las dudas se confirmaron, y quedó en el ambiente un halo de improvisación preocupante. Ni uno solo de los directivos fue capaz de convencer a los presentes de que el proyecto descansaba sobre bases sólidas.
Llegó el Domingo de Resurrección en Sevilla, día de estreno de Mundotoro TV, y los insalvables problemas técnicos dejaron sin aliento a muchos abonados que no pudieron ver la corrida, Y una semana después, algunas de esas dificultades han persistido, y no está claro si tendrán o no una pronta solución.
Mundotoro TV es, posiblemente, la última oportunidad que se le ofrece a la tauromaquia para ocupar un lugar en los modernos medios audiovisuales
Pues a pesar de todo, a pesar de la inseguridad manifiesta, de la desconfianza probada y del desconcierto en el que está sumida la afición, vaya desde aquí un ole de ánimo para esta iniciativa.
¿Y eso? ¿No merecería, más bien, un serio rapapolvos por los continuos desplantes que están sufriendo los abonados?
¡Pero si hasta ahora ha sido un desastre…! Sí, pero es nuestro desastre…
Claro que sí. El problema es que Mundotoro TV es, posiblemente, la última oportunidad que se le ofrece a la tauromaquia para ocupar un lugar en los modernos medios audiovisuales. Si fracasa, el mundo del toro se va a pique, y quién sabe si firmará su inmediata defunción.
Es imprescindible que Mundotoro TV salga adelante, que supere de una vez por todas las dificultades iniciales y transmita la confianza que hasta ahora ha sido incapaz de infundir.
A estas alturas, no importa si sus accionistas son pequeños inversores norteamericanos o esa es un trola que se han inventado sus directivos; qué más da si su director ejecutivo es alemán o gaditano… Lo único importante es que funcione bien y colabore al engrandecimiento de esta fiesta.
Mundotoro TV se merece todas las críticas que recibe, pero es la tauromaquia del siglo XXI la que necesita que una empresa apueste por ella y lo haga con profesionalidad.
Ojalá así sea.
La tauromaquia está tan abandonada y vapuleada, recibe tantos ataques y sufre tantos oprobios que no puede olvidar la gesta pública del director de la Real Academia de la Lengua ni el paso adelante -a trompicones aún, pero adelante- de una nueva empresa a la que hay que desearle el éxito de que aún no se ha hecho acreedora.
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