El director de la BBC tira la toalla ante el nuevo Gobierno de Boris Johnson

El primer ministro ha prometido revisar la financiación pública de la corporación

Tony Hall, en la sede de la BBC en Londres en noviembre de 2018.Reuters
Londres -

El director general de la BBC, Tony Hall (Birkenhead, Reino Unido, 68 años) ha anunciado este lunes, en un sorprendente correo electrónico dirigido a los trabajadores de la corporación pública, que abandona el barco. "Si hiciera caso a mi corazón, no me querría ir nunca. Sin embargo, creo que parte fundamental de cualquier liderazgo es poner siempre en primer lugar los intereses de la organización", ha explicado. Había una convicción general de que Hall aguantaría al mando hasta 2022, cuando el ente público ...

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El director general de la BBC, Tony Hall (Birkenhead, Reino Unido, 68 años) ha anunciado este lunes, en un sorprendente correo electrónico dirigido a los trabajadores de la corporación pública, que abandona el barco. "Si hiciera caso a mi corazón, no me querría ir nunca. Sin embargo, creo que parte fundamental de cualquier liderazgo es poner siempre en primer lugar los intereses de la organización", ha explicado. Había una convicción general de que Hall aguantaría al mando hasta 2022, cuando el ente público celebrara su centenario. Durante los siete años de dirección, Hall ha sido capaz de devolver estabilidad y prestigio a una institución cuya reputación se vio seriamente dañada con el escándalo de Jimmy Savile, el popular presentador que acabó acusado de abusar sexualmente de casi medio millar de menores.

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La BBC ha tenido que hacer frente en los últimos años a una doble presión. La irrupción de plataformas online como Netflix ha devaluado la rentabilidad de los productos de calidad que seguía ofreciendo la cadena pública, que ha visto cómo parte de sus estrellas cambiaban de bando. Pero sobre todo ha sufrido un áspero enfrentamiento con el sector euroescéptico del Partido Conservador, que no ha dejado de acusar a la cadena de no haber sabido mantener su neutralidad respecto al Brexit. En tiempos de piel política fina, cualquier intento de analizar de modo objetivo las evidentes desventajas que acarrea la salida del Reino Unido de la UE ha sido percibido como un ataque de los "periodistas de izquierdas" de la institución. En más de una ocasión se lanzaron propuestas por parte del ala dura del partido para boicotear algunos de los programas punteros de la BBC y evitar que los ministros o políticos relevantes acudieran a sus entrevistas. En la memoria de muchos quedará el desafío en antena que el corrosivo periodista Andrew Neil lanzó al entonces candidato conservador por ser el único de los contendientes electorales que se había negado a acudir a su programa.

La puntilla de este enfrentamiento la puso el propio Johnson, cuando sugirió que su futuro Gobierno estudiaría el modo de eliminar la tasa de licencia que pagan millones de británicos para sostener los gastos de la televisión pública, la principal fuente de financiación de la BBC. Cualquier ciudadano que ve los canales de la televisión pública, en cualquier tipo de pantalla o recepción, debe pagar unos 184 euros anuales. Negarse a ello puede acarrear una multa de hasta 1.200 euros. "Uno debe preguntarse si este tipo de financiación de una organización televisiva sigue teniendo sentido a largo plazo, dado el modo en que otras televisiones se financian", dijo Johnson.

Las vías de financiación de la BBC se revisan cada década, con una auditoría provisional a mitad de ese recorrido. En teoría, nada debería cambiar hasta 2022, pero Hall ha decidido que tiene que ser una nueva persona quien lidere a la corporación en el tiempo conflictivo que se avecina.

Ha surgido además un serio problema que puede añadir mucha más presión financiera a la corporación. A pesar de los intentos de ofrecer una solución a las múltiples acusaciones de pagar de modo diferente a hombres y mujeres, los tribunales han sido implacables con la BBC. La victoria de la periodista Samira Ahmed, que llevó a juicio al ente por cobrar mucho menos que su compañero Jeremy Vine por un trabajo que los jueces consideraron equivalente, ha abierto las puertas a un potencial río de demandas que pondrían en serio peligro la viabilidad de la institución.

El presidente de la corporación, David Clementi, ha tenido elogios para Hall. Le ha definido como un "líder inspirador y creativo" que la corporación "ha tenido la suerte de disfrutar durante siete años, y cuya integridad y pasión por los valores que representa la BBC han resultado obvios para todo aquel que le ha tratado". En las próximas semanas, Clementi pondrá en marcha el delicado proceso de sustitución para un puesto con una remuneración de más de medio millón de euros pero también con una carga de presión colosal.

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