Columna

Violaciones

La miniserie británica ‘Liar’ pone sobre la mesa la cuestión de las violaciones, la frecuente incomprensión social hacia las víctimas y la usual prepotencia de quienes se sienten superiores en función de su estatus económico

Tráiler de 'Liar'.Vídeo: HBO

La miniserie británica Liar (HBO), de seis capítulos y estrenada en 2017, lamentablemente, cada día es más actual por su tema: las violaciones. Todo comienza con una primera cita entre una profesora de un colegio de postín y un cirujano de éxito. Lo que ocurre en ese primer encuentro desencadenará el argumento esencial de su primera temporada.

Las dos versiones contrapuestas de Laura Nielson y Andrew Earlham sobre lo ocurrido remite inicialmente a ese clásico del cine que es Rashomon, a su versión estadounidense, Cuatro confesiones, o a filmes más recientes co...

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La miniserie británica Liar (HBO), de seis capítulos y estrenada en 2017, lamentablemente, cada día es más actual por su tema: las violaciones. Todo comienza con una primera cita entre una profesora de un colegio de postín y un cirujano de éxito. Lo que ocurre en ese primer encuentro desencadenará el argumento esencial de su primera temporada.

Las dos versiones contrapuestas de Laura Nielson y Andrew Earlham sobre lo ocurrido remite inicialmente a ese clásico del cine que es Rashomon, a su versión estadounidense, Cuatro confesiones, o a filmes más recientes como Reservoir Dogs o Hero, para concluir que la razón la tenía Ramón de Campoamor cuando afirmaba en su poema: “Y es que en el mundo traidor / nada hay verdad ni mentira: / todo es según el color / del cristal con que se mira”.

Liar tuvo un gran éxito en el Reino Unido —fue la serie dramática más vista de ITV de 2017 y ya se ha rodado una segunda temporada—, con una particularidad: además de una buena trama que evoluciona de lo romántico al thriller psicológico, pone sobre la mesa la cuestión de las violaciones, la frecuente incomprensión social hacia las víctimas y la usual prepotencia de quienes se sienten superiores en función de su estatus económico. Solo hay que citar el juicio que en estos días sienta en el banquillo al todopoderoso Harvey Weinstein. Cabe señalar también que Atresmedia compró los derechos para realizar una adaptación española. Ni que decir tiene que los estupendos exteriores de Deal y Walpole Bay (Kent) poco o nada tienen que ver con Aranda de Duero, uno de los posibles escenarios de la versión nacional por su conocida defensa de los violadores en el caso Arandina.

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