Análisis

Volver a Prado del Rey

En España la televisión pública siempre ha sido sospechosa de falta de independencia. Ahora hay indicios de que la situación está cambiando

Sede de los informativos de TVE.Jaime Villanueva

La BCC, el espejo en el que se miran las televisiones europeas, presume de defender un puñado de valores editoriales básicos en sus informaciones: imparcialidad, precisión, transparencia e independencia. Sus responsables insisten en que no tiene punto de vista como organización, a menos que sea parte de una noticia o se exprese en su campo de competencia como medio de comunicación. “Aquí”, dicen, “no hay cabida para el revanchismo ni las causas personales. Nuestro trabajo es informar de los hechos y ofrecer contexto y análisis, de forma que el público cuente con los elementos para formar sus p...

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La BCC, el espejo en el que se miran las televisiones europeas, presume de defender un puñado de valores editoriales básicos en sus informaciones: imparcialidad, precisión, transparencia e independencia. Sus responsables insisten en que no tiene punto de vista como organización, a menos que sea parte de una noticia o se exprese en su campo de competencia como medio de comunicación. “Aquí”, dicen, “no hay cabida para el revanchismo ni las causas personales. Nuestro trabajo es informar de los hechos y ofrecer contexto y análisis, de forma que el público cuente con los elementos para formar sus propios puntos de vista”.

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En España, sin embargo, la televisión pública siempre ha sido sospechosa de falta de independencia. Ha cosechado críticas por beneficiar al partido en el poder y minusvalorar a la oposición, por exhibir un vergonzoso sectarismo y dejar patente su limitado pluralismo. Ahora hay indicios de que la situación está cambiando. Un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia señala que los españoles perciben que la objetividad de los informativos de TVE está mejorando. Menos de un 20% critica sus telediarios por falta de neutralidad. Es la cifra más baja de los últimos cuatro años y supone casi diez puntos menos que en 2018, cuando la corporación asistió a una contestación interna sin precedentes, representada en los reivindicativos viernes negros.

Al contrario que en la BBC, el revanchismo está también a la orden del día en España. Recuérdese el famoso “ce ce o o” con el que el exdirector de Informativos de TVE Alfredo Urdaci quiso vengarse del sindicato Comisiones Obreras. El periodista salió con excedencia poco después de la victoria, en 2004, de José Luis Rodríguez Zapatero y tras años peregrinando de un canal a otro ha solicitado el reingreso en su antigua casa. La corporación estatal le ha denegado el regreso a Prado del Rey. La misma respuesta ha obtenido el realizador Tacho de la Calle, despedido fulminantemente de Telemadrid al comprobar que había colaborado en la producción del debate electoral organizado por la Academia de Televisión estando de baja laboral desde hace un año. De la Calle ha pedido ahora volver a TVE, de donde salió con excedencia. En ambos casos, los tribunales tendrán la palabra.

Quien ha retornado a la sala de mandos del comité de informativos de la Unión Europea de Radiodifusión es Asun Gómez Bueno, recién elegida vicepresidenta del organismo. Se reincorpora a una institución que conoce bien y que abandonó en 2015 por decisión del anterior equipo directivo, que prefirió perder un puesto de relevancia en la UER a que lo desempeñara la periodista. Había sido defenestrada por un único motivo: no ser de la cuerda de los jefes de informativos nombrados en los tiempos del PP.

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