Ella toma las palabras

Kate Tempest necesitaba una música que no distrajera de todo lo que quería decir. No hay verso flojo, no hay tema sin historia

“7.200 millones de humanos, 7.300 millones de humanos”, recita Kate Tempest en el primer interludio de ‘Keep Moving Don’t Move’, el segundo corte de este su tercer largo. Entonces, el golpeo del ritmo vuelve y ella sigue recitando sobre los contrastes entre la multitud y la soledad, el movimiento y la parálisis. Un minuto después llega el segundo interludio. “7.500 millones de humanos, 7.600 millones de humanos…”, reemprende la cuenta la inglesa. El resultado es increíble, inquietante, adictivo, tenso y a la vez acogedor, hasta que la canción se diluye mientras ella recita el título del tema: ...

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“7.200 millones de humanos, 7.300 millones de humanos”, recita Kate Tempest en el primer interludio de ‘Keep Moving Don’t Move’, el segundo corte de este su tercer largo. Entonces, el golpeo del ritmo vuelve y ella sigue recitando sobre los contrastes entre la multitud y la soledad, el movimiento y la parálisis. Un minuto después llega el segundo interludio. “7.500 millones de humanos, 7.600 millones de humanos…”, reemprende la cuenta la inglesa. El resultado es increíble, inquietante, adictivo, tenso y a la vez acogedor, hasta que la canción se diluye mientras ella recita el título del tema: “Sigue moviéndote, no te nuevas”. Y entonces, tras un nanosegundo, se la escucha decir: “No muevas un músculo, quédate justo donde estás”. Ya estamos en el siguiente corte, ‘Brown Eyed Man’, sobre brutalidad policial, inmigración ilegal, pérdida, amor.

Esta vez, la música es un suave piano adornado por cuerdas que son tormentas y Kate abandona cualquier atisbo de rapeo para centrarse en recitar. Porque este The Book Of Traps And Lessons se diferencia de aquel glorioso Let Them Eat Chaos en que aquí se han eliminado los elementos que podían asociarla a una versión con mejor biblioteca de The Streets, para abandonarse al spoken word. Las bases, en esta ocasión, se las reparten entre su colaborador de siempre, Dan Carey, y Rick Rubin, el mítico productor estadounidense que iba a hacerse cargo de su anterior largo, pero da la sensación de que ha tardado tres años en entender de qué va Tempest.

Así, mientras la escritora se torna deliciosamente monótona, Rubin y Carey juegan con una riquísima paleta de sonidos, que va de la música de carnaval al dubstep. En manos de otros, este disco resultaría excesivamente árido, pero ellos han comprendido que la autora de ‘Europe Is Lost’ necesitaba una música que no distrajera de todo lo que quería decir. No hay verso flojo, no hay tema sin historia. No hay historia sin su tema. Si se domina el inglés, el álbum se entiende como la banda sonora no autorizada de la genial serie Years And Years. Si no se entiende inglés, el disco se entiende como el mejor motivo para aprenderlo.

Kate Tempest. The Book Of Traps And Lessons. Music As Usual.

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