EL DESDÉN CON EL DESDÉN

El amor, a dos carrillos

Iñaki Rikarte dirige 'El desdén con el desdén' con mano ágil, certera y polícroma

Una escena de 'El desdén con el desdén'.cntc

Un análisis caricatural, incisivo y risueño sobre la indiferencia como motor inesperado del deseo. Iñaki Rikarte y Carolina África, versionadora, traen a contexto contemporáneo una comedia donde Moreto pone el dedo en la llaga de las paradojas pasionales, con determinación equiparable a la que llevará a Schnitzler a escribir su corrosivo drama Amoríos, 240 años después.

La dirección de Rikarte, ágil, certera, polícroma, ilustra el expresivo pero extenso discurso del conde de Urgel con viñetas de los personajes aludidos, escenificadas en vanos que evocan los del escenario de los...

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Un análisis caricatural, incisivo y risueño sobre la indiferencia como motor inesperado del deseo. Iñaki Rikarte y Carolina África, versionadora, traen a contexto contemporáneo una comedia donde Moreto pone el dedo en la llaga de las paradojas pasionales, con determinación equiparable a la que llevará a Schnitzler a escribir su corrosivo drama Amoríos, 240 años después.

La dirección de Rikarte, ágil, certera, polícroma, ilustra el expresivo pero extenso discurso del conde de Urgel con viñetas de los personajes aludidos, escenificadas en vanos que evocan los del escenario de los corrales de comedias; convierte la invectiva de Diana contra el amor en lección de la que son pupilas escépticas las demás féminas; transforma el carnaval en concurso con estética televisiva a lo Valerio Lazarov, y define las acciones de cada personaje con tan rica precisión que podría seguirse a oídos tapados cuanto sucede.

El jovencísimo Nicolás Illoro tiene empaque y chispa de versátil galán cómico: resulta tan divertido como el Polilla zigzagueante, luminiscente y socarrón de Mariano Astudillo, que apura su papel como las cuchillas Palmera apuraban el afeitado. Vestida y peinada a la moda sesentera, Irene Serrano parece un pelín atildada en su papel de rancia señorita recta dibujada con tiralíneas, pero en cuanto muerde el cebo que le pone Polilla se transforma en una joven Concha Velasco con el temperamento de Lucía Quintana. Los tres hacen del verso un florete. Brillan la Cintia de Antea Rodríguez y el Conde de Paco Rojas, cuando Moreto les sirve texto. En su sitio y con alegría, José Luis Verguizas, Alba Recondo, Aisa Pérez, Pau Quero y Juan de Vera. Muy bien respirada por todos, dándose tiempo, la escena final. Alto le dejan el listón a Lluís Homar, nuevo director de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

El desdén con el desdén. Texto: Agustín Moreto. Dirección: Iñaki Rikarte. Compañía Nacional de Teatro Clásico. Teatro de la Comedia. Madrid. Hasta el 7 de abril.

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