rock

Iluminados y adorablemente barrocos

Dirty Projectors vuelve con un álbum tan expansivo y deliciosamente inclasificable como los anteriores

Un año después de lanzar el disco más oscuro (y genial) de su carrera, David Longstreth y su banda Dirty Projectors han vuelto. Y lo han hecho con un álbum poderosamente luminoso, igualmente invasivo, napoleónico, y tan expansivo y deliciosamente inclasificable como el resto, un álbum en el que reinan el autotune y el vocoder (‘Rigth Now’ y el folk de falsete ‘That’s a Lifestyle’), pero también el riff irresistible (‘Break Thru’), un rock que no se tendría a sí mismo por rock (‘Zombie Conqueror’), un funk (de trompetas) que ...

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Un año después de lanzar el disco más oscuro (y genial) de su carrera, David Longstreth y su banda Dirty Projectors han vuelto. Y lo han hecho con un álbum poderosamente luminoso, igualmente invasivo, napoleónico, y tan expansivo y deliciosamente inclasificable como el resto, un álbum en el que reinan el autotune y el vocoder (‘Rigth Now’ y el folk de falsete ‘That’s a Lifestyle’), pero también el riff irresistible (‘Break Thru’), un rock que no se tendría a sí mismo por rock (‘Zombie Conqueror’), un funk (de trompetas) que Prince y Jackson hubiesen disfrutado y hasta firmado (‘I Feel Energy’) y, por qué no, un casi clown pop (‘Blue Bird’) que agiganta la leyenda adorable e insuperablemente barroca de los de Brooklyn.

Dirty Projectors. Lamp Lit Prose. Domino / MAS.

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