Columna

Civismo

Estos días la programación televisiva incluyó un curso intensivo en educación cívica rodado en escenarios de Cataluña

Una reportera de Barça TV le pide a un aficionado del Barcelona que no muestre la bandera española.

La programación de estos días incluyó un curso intensivo en educación cívica rodado en escenarios de Cataluña. El día de sant Jordi, se filmaron dos capítulos impactantes: el hostigamiento al presidente del PP catalán por individuos que pretendían exorcizarlo, y a un joven empeñado en retirar lazos amarillos de las verjas de un edificio. Casi se lo comen.

Los acosadores no se complicaron la vida. Con alguna variante, los calificativos eran los de siempre: ¡Fascista!, ¡sinvergüenza!, ¡cerdo!”, pírate a tu país!, ¡nazi!. El chaval no era gordo, pero le llamaron gordo para faltarle. Niños ...

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La programación de estos días incluyó un curso intensivo en educación cívica rodado en escenarios de Cataluña. El día de sant Jordi, se filmaron dos capítulos impactantes: el hostigamiento al presidente del PP catalán por individuos que pretendían exorcizarlo, y a un joven empeñado en retirar lazos amarillos de las verjas de un edificio. Casi se lo comen.

Los acosadores no se complicaron la vida. Con alguna variante, los calificativos eran los de siempre: ¡Fascista!, ¡sinvergüenza!, ¡cerdo!”, pírate a tu país!, ¡nazi!. El chaval no era gordo, pero le llamaron gordo para faltarle. Niños de corta edad escuchaban insultar a sus padres, y así aprendían. Hubo profesores que echaron una mano ofendiendo a chavales en las aulas. También se puede educar en civismo por televisión. Jordi Cañas, de Ciudadanos, fue llamado hijo de puta en TV3 por una mujer del público.

La tele permite observar las caras, que son el carné de identidad cuando se descomponen. Ocurrió en la secuencia de los lazos. Por las expresiones de rabia de los linchadores, había algo más que política en sus arremetidas. La carótida dilatada, la boca espumante, las garras, evidenciaban carencias más graves que la independencia: desde vacíos afectivos a hemorroides; o quizás, simplemente eran ejercicios de calentamiento guerracivilistas.

La semana derrochó cordura y tolerancia. A un periodista que recogía ambiente durante la final de la Copa del Rey, cuatro asnos con la camiseta azulgrana y la cara cubierta, le hicieron la retransmisión imposible con empujones, codazos, rebuznos e intentos de arrebatarle el micrófono.

En otro capítulo del curso, un aficionado culé con la bandera de España era entrevistado por Barça TV. La entrevistadora le suplicó que escondiera la bandera. Como el otro se hacía el remolón, ella la ocultó en una bolsa de viaje. “Es que como la vean (sus jefes) se me cae el pelo”. La audiencia fue de máximos en todos los canales. Se prepara un posgrado.

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