Ismael Serrano: “Me siento un ‘amateur’, pero debe ser una cuestión de carácter”

Se hace extraño ver a Ismael Serrano sin su guitarra al hombro, pero ayer se subió así, como quien dice desnudo, al escenario del Palacio de la Prensa para charlar más que para cantar. Fue una fiesta de cumpleaños por sus 20 años de carrera a la que asistieron los suscriptores de EL PAÍS. Sin embargo, los que van a recibir un regalo son sus seguidores, pues lo celebra con un disco recopilatorio que también incluye algunos temas originales: 20 años. Hoy es siempre. Acompañado por el periodista Fernando Navarro y dentro de los encuentros del programa ...

Se hace extraño ver a Ismael Serrano sin su guitarra al hombro, pero ayer se subió así, como quien dice desnudo, al escenario del Palacio de la Prensa para charlar más que para cantar. Fue una fiesta de cumpleaños por sus 20 años de carrera a la que asistieron los suscriptores de EL PAÍS. Sin embargo, los que van a recibir un regalo son sus seguidores, pues lo celebra con un disco recopilatorio que también incluye algunos temas originales: 20 años. Hoy es siempre. Acompañado por el periodista Fernando Navarro y dentro de los encuentros del programa EL PAÍS +, Serrano repasó desde su infancia en Vallecas hasta la confección de este álbum y confesó que, a pesar de llevar dos décadas de voz y guitarra, se siente un amateur; “pero debe ser una cuestión de carácter”, reconoció.

“Hoy es siempre todavía” escribió Antonio Machado y recita Ismael Serrano. El verso, que como él mismo señaló aparece en alguna de sus canciones, evoca el empeño de querer parar el tiempo y le sirve como catalizador sentimental de 20 años de oficio y una docena de discos. La experiencia le ha hecho percatarse de que se encuentra en su mejor momento; sin embargo asegura que con cada nuevo lanzamiento sufre el vértigo de volver a empezar. “Probablemente tiene que ver con mis traumas y miedos; es como montar en bicicleta, no puedes dejar de pedalear porque la bicicleta se cae y yo llevo 20 años pedaleando”, explicó.

El disco más largo de su carrera –“No sé sintetizar”, bromeó el cantautor de sus canciones- recoge temas originales como Nieve y clásicos o Papá cuéntame otra vez, ambos interpretados ayer para los suscriptores de EL PAÍS. También versiones como Las cuatro y diez, de Aute; o Spaghetti del rock, de los argentinos Divididos. “Es una de las cosas buenas que tiene hacer este tipo de recopilatorios, que te puedes hacer regalos”, confesó.

El de Vallecas recordó sus inicios en la música, cuando su madre le pedía que no abandonase los estudios y, aunque aseveró no sentirse “un proscrito” por dedicarse a la canción social, concedió que “no está bien visto” y que exige “un espacio de reflexión que en el mundo frenético en el que vivimos difícilmente se genera”. No obstante, quiso matizar que, en contra del auge de la sociedad de consumo rápido, siente que existe un público de cantautores, incluso joven. “Lo que faltan son plataformas”, sentenció.

Como en sus canciones, no dudó en posicionarse sobre temas sociales y políticos. Así, sobre el proceso de independencia de Cataluña, criticó el “ruido innecesario” creado por los partidos políticos que en su opinión solo es muestra de su “mediocridad” porque “no han sabido entenderse”. “Quizá más que nunca es el momento de atemperar los ánimos”, dijo. No se olvidó tampoco de los refugiados y del compromiso de acogida incumplido por el Gobierno español, por el que ha incluido en el disco la canción Si se callase el miedo, que considera de gran vigencia.

Serrano empezará su gira en 2018, después de concluir algunos conciertos que tiene pendientes este año. Con la imagen conceptual de otros 20 años más de guitarra al hombro y de escenario en escenario, concluyó: “Soy un privilegiado”.