Columna

Ventanas a Londres

Podría haber sido cualquier ciudad, cualquier noche de sábado; yo lo seguí en tres pantallas

Dos policías en la zona donde se cometió el último atentado en Londres.Dominic Lipinski (AP)

El salón de mi casa está a 1.715 kilómetros de Londres en línea recta, según Google Maps. Pero el 3 de junio, sábado por la noche, creía que estaba a solo una calle del Puente de Londres. Después de descubrir por Twitter lo que en ese momento no era más que un atropello masivo, conecté el Canal 24 Horas de la tele, abrí en el ordenador la narración en directo de varios periódicos y seguí por el teléfono qué se comentaba en redes sociales. Tres pantallas que hacían las veces de tres ventanas con vistas a la zona del Borough Market. La hiperconexión era esto.

Realmente, la operación polic...

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El salón de mi casa está a 1.715 kilómetros de Londres en línea recta, según Google Maps. Pero el 3 de junio, sábado por la noche, creía que estaba a solo una calle del Puente de Londres. Después de descubrir por Twitter lo que en ese momento no era más que un atropello masivo, conecté el Canal 24 Horas de la tele, abrí en el ordenador la narración en directo de varios periódicos y seguí por el teléfono qué se comentaba en redes sociales. Tres pantallas que hacían las veces de tres ventanas con vistas a la zona del Borough Market. La hiperconexión era esto.

Realmente, la operación policial no duró más de 8 minutos, desde la primera llamada hasta que abatieron a los atacantes. Esos 8 minutos se convirtieron en dos horas de directo. En la pantalla, la acción se limitaba a personas siendo desalojadas de los bares, luces de patrullas que iluminaban las calles londinenses e imágenes que se emitían en bucle.

El apurado presentador del 24 Horas que esperaba narrar la victoria del Real Madrid en la Champions repetía palabras inconexas. Solo se sabía que tres hombres con cuchillos de más de 20 centímetros estaban sueltos, agrediendo a gente. La información era escasa pero el miedo y la ansiedad que transmitían eran reales. Parecía un videojuego de los que te permite situarte en el punto de vista del tirador, a la caza de los terroristas.

Daban ganas de meterse debajo de la mesa del salón, especialmente cuando la tele comenzó a emitir un vídeo de la policía entrando a un bar donde la gente disfrutaba de su pinta. Podría haber sido cualquier bar de cualquier ciudad, cualquier noche de sábado. El mensaje de la Policía de Londres se replicó miles de veces en los minutos siguientes a su publicación: “Corre, escóndete, avisa”. Probablemente no por personas que en ese momento estaban en la zona, sino por otras de todo el mundo que, como yo, estaban conectadas a sus pantallas. Viendo la guerra en streaming.

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