Crítica

‘Channel Zero’: ¿Quién puede temer a un niño?

'Candle Cove' lleva a la pequeña pantalla un popular 'creepypasta' sobre un programa de televisión infantil. El resultado es inquietante aunque con peros

Hay pocas cosas más inquietantes que un niño mirando al tendido en silencio durante un buen rato. El género del terror lo lleva explotando mucho tiempo. La serie Channel Zero también ha querido aprovechar el escalofrío que provocan los infantes en su primera entrega, Candle Cove.

Aunque en Estados Unidos se estrenó en octubre de 2016, Channel Zero ha llegado a España hace pocas semanas a través de HBO. Esta serie antológica —con temporadas que narran historias diferentes y autoconclusivas— aprovecha los creepypastas, historias cortas de horror que nac...

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Hay pocas cosas más inquietantes que un niño mirando al tendido en silencio durante un buen rato. El género del terror lo lleva explotando mucho tiempo. La serie Channel Zero también ha querido aprovechar el escalofrío que provocan los infantes en su primera entrega, Candle Cove.

Aunque en Estados Unidos se estrenó en octubre de 2016, Channel Zero ha llegado a España hace pocas semanas a través de HBO. Esta serie antológica —con temporadas que narran historias diferentes y autoconclusivas— aprovecha los creepypastas, historias cortas de horror que nacen, crecen y se difunden a través de Internet. Candle Cove tiene como punto de partida una supuesta serie infantil de marionetas (al estilo de los muñecos de La bola de cristal o Los Aurones) que provocaba pesadillas y reacciones extrañas entre sus jóvenes espectadores allá por los años ochenta. De hecho, solo los niños eran capaces de ver esa serie con piratas y un esqueleto con turbias intenciones: los adultos, en vez de las marionetas, ven niebla en la televisión.

Channel Zero toma esta base para narrar en seis capítulos la historia de un hombre que regresa a su pueblo natal para investigar las muertes y desapariciones en 1980 de un grupo de pequeños, su gemelo entre ellos. Su vuelta agitará el pueblo, sobre todo cuando empiecen a ocurrir algunos hechos que recuerdan sospechosamente al pasado.

Es cierto que la serie consigue dar miedo. Los niños pueden llegar a ser muy inquietantes. Y el peculiar monstruo, turbador y entrañable a la vez, ayuda a crear una atmósfera peculiar. Pero el acabado de película de sobremesa, no sabemos si pretendido o por escasez de medios, y la falta de carisma de su protagonista lastran una serie que quiere y solo puede en parte. Eso sí, si le pica la curiosidad y va a echar un ojo a Candle Cove, vaya preparado porque en ocasiones los niños pueden dar mucho miedo. Y más creepypastas cobrarán vida en la pequeña pantalla porque la serie ya ha sido renovada para otra temporada más. ¿Listos para seguir pasando miedo?

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