Placer culpable

La quinta entrega de Els Amics de les Arts, rutilante y hasta pletórica, suena a orgulloso golpe en la mesa

Esta quinta entrega, rutilante y hasta pletórica, suena a orgulloso golpe en la mesa. No puede ser casual que coincida con la enérgica producción de Tony Doogan (Belle & Sebastian): el escocés incita a las melodías despendoladas, los ganchos rítmicos, los silencios enfáticos o las partes de transición. Algunos títulos (‘Apologia de la ingenuïtat’, ‘El seu gran hit’), de tan desbocados y adictivos, bordean el placer culpable por más que en el ideario de la banda se sucedan Kafka, Walt Whitman, Haendel o Modigliani.

Las clásicas alternativas en la voz cantante siguen resultando excita...

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Esta quinta entrega, rutilante y hasta pletórica, suena a orgulloso golpe en la mesa. No puede ser casual que coincida con la enérgica producción de Tony Doogan (Belle & Sebastian): el escocés incita a las melodías despendoladas, los ganchos rítmicos, los silencios enfáticos o las partes de transición. Algunos títulos (‘Apologia de la ingenuïtat’, ‘El seu gran hit’), de tan desbocados y adictivos, bordean el placer culpable por más que en el ideario de la banda se sucedan Kafka, Walt Whitman, Haendel o Modigliani.

Las clásicas alternativas en la voz cantante siguen resultando excitantes, igual que los escasos momentos de sosiego: impresiona la solemnidad sinfónica de las excelentes ‘El vent tallant’ y ‘La llum que no se’n va’. Un estirón monumental.

Els Amics de les Arts. Un estrany poder. Sony Music.

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