Pop-Rock internacional: La mejor fábrica de leyendas

De Kate Tempest a Frank Ocean, sin olvidar a David Bowie, lo mejor de este 2016

1. Kate Tempest – Let them eat chaos (Fiction/Musi as usual): Siete personajes en siete pisos de un mismo bloque de apartamentos en el Londres de hoy. Un álbum narrativo, entre el hip hop digital, el Spoken Word y esa música vacía de música que hasta hoy servía para ensoñar y que con ella también vale para pensar. Entre Billy Bragg y The Streets.

2. Car Seat Headrest – Teens of denial (Matador/ Popstock!): Will Toledo es probablemente el tipo más prolífico del indie norteamericano. A partir de este 2016, también es el tipo más relevante. Teens of denial...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

1. Kate Tempest – Let them eat chaos (Fiction/Musi as usual): Siete personajes en siete pisos de un mismo bloque de apartamentos en el Londres de hoy. Un álbum narrativo, entre el hip hop digital, el Spoken Word y esa música vacía de música que hasta hoy servía para ensoñar y que con ella también vale para pensar. Entre Billy Bragg y The Streets.

2. Car Seat Headrest – Teens of denial (Matador/ Popstock!): Will Toledo es probablemente el tipo más prolífico del indie norteamericano. A partir de este 2016, también es el tipo más relevante. Teens of denial parte del lo fi noventero de bandas como Pavement para llevar el concepto de amateurismo musical hasta las planicies del dramatismo profesional. Melódicamente impecable, emocionalmente devastador.

3. Frank Ocean – Blonde (Boys don’t cry): Se hizo un Prince jugándosela a su sello con un lanzamiento que fue una salida en falso y que fue seguido días después de esta barbaridad llamada Blonde. Partiendo del hip hop como idea y pasando por el r n’b como necesidad, el norteamericano termina redefiniendo el concepto pop en un disco que, al principio parece hinchado, pero que termina haciéndose corto.

4. Mitski – Puberty 2 (Whanny): El cuarto largo de esta neoyorquina de origen japonés es frágil y robusto, expansivo y apocado. A ratos Weezer, a ratos Pj Harvey, a ratos The Shangri-las, a ratos St. Vincent, pero siempre con una vocación confesional y un talento por la melodía bien armada, Mitski entrega algo fabuloso que confirma el crecimiento de un artista que apuntaba bajo y que ahora los mira a casi todos desde arriba.

5. David Bowie – Blackstar (Columbia/Sony): Tal vez uno de los más bellos funerales jamás grabados, Blackstar es David Bowie pidiendo cono última cena un disco del Scott Walker más suicida. Este disco es justo lo que Bowie debería hacer en 2016 para seguir siendo David Bowie: jazz, referencias a Anthony Burgess y a la Generación Beat, recuerdos a su época berlinesa y, sobre todo, un último mensaje que explica exactamente cómo debe hacerse lo de siempre para que suene como si no se hubiese hecho nunca.

Sobre la firma

Archivado En