Columna

Sexo salvaje

El programa 'El sexo me llevó al urgencias' entrevista a médicos que empuñan sierras, pinzas y ventosas para cortar esposas, anillas, extraer cuerpos extraños

El desborde de la adrenalina, la aceleración del ritmo cardíaco y la pérdida de concentración asociados a las relaciones sexuales desbocadas pueden conducir a urgencias a parejas que afirmarán bajo juramento haberse lesionado jugando a la brisca. Puede ocurrir también que las acrobacias en el cuarto de escobas terminen en angustiosos estancamientos, y el juego de las flagelaciones, en el juzgado de guardia.

El programa El sexo me llevó al urgencias, emitido por el canal DKISS, entrevista a m...

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El desborde de la adrenalina, la aceleración del ritmo cardíaco y la pérdida de concentración asociados a las relaciones sexuales desbocadas pueden conducir a urgencias a parejas que afirmarán bajo juramento haberse lesionado jugando a la brisca. Puede ocurrir también que las acrobacias en el cuarto de escobas terminen en angustiosos estancamientos, y el juego de las flagelaciones, en el juzgado de guardia.

El programa El sexo me llevó al urgencias, emitido por el canal DKISS, entrevista a médicos que empuñan sierras, pinzas y ventosas para cortar esposas, anillas, extraer cuerpos extraños y curar los traumatismos de una pareja que, pataleando durante el ardor del fornicio, puso en marcha una excavadora y acabó en urgencias.

La serie aborda los trances con humor e histriónicas teatralizaciones, y sus protagonistas atestiguan, entre divertidos y avergonzados, el momento en que él se desplomó hacia atrás con los ojos en blanco y ella pidió ayuda a gritos, corriendo medio desnuda, apenas cubierta con un corsé de cuero y cremalleras ad hoc.

Un percherón de dos patas derribó la puerta del baño a topetazos y surfeó sobre ella escaleras abajo abrazado a la novia y con los calzoncillos arriados.

El relato de los hechos es premioso, abundante en detalles prescindibles, porque el espectador sólo ansía datos sobre el desenlace, sobre el momento en que la amante malogró el epicentro erógeno de su pareja al caer a plomo sobre el mismo tras apagar el velón que había incendiado las sábanas.

El anzuelo sexo y violencia se digiere cuando es tragicómico. Tronchantes algunos capítulos, abordan las temerarias audacias de los exploradores primerizos y los peligros asumidos por parejas de larga duración cuando los disfraces de Caperucita Roja y fontanero rijoso ya no funcionan.

El programa es verosímil. ¿Quién no oyó hablar del misterioso caso de la ensalada de cucumis sativus más conocido como pepino? Perdido en la refriega amorosa, el vegetal fue localizado en rayos X y devuelto a sus dueños.

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