Opinión

Citas

'First Dates' engancha por la variedad de perfiles de sus protagonistas y porque el espectador puede pasar de sentir la más profunda vergüenza ajena a la total identificación

¿Quién se apuntaría a una cita a ciegas en un programa de televisión? First Dates, el espacio de Cuatro que se ha convertido en una de las revelaciones del verano —ya tuvo buena acogida cuando arrancó en primavera—, tiene la respuesta en su casting. Hay gente de todo tipo: desde personas normales (aunque, ¿qué es normal?) que buscan compañía o lo que surja hasta personajes pintorescos y/o extravagantes que parecen descartes de Mujeres y hombres y viceversa o de ...

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¿Quién se apuntaría a una cita a ciegas en un programa de televisión? First Dates, el espacio de Cuatro que se ha convertido en una de las revelaciones del verano —ya tuvo buena acogida cuando arrancó en primavera—, tiene la respuesta en su casting. Hay gente de todo tipo: desde personas normales (aunque, ¿qué es normal?) que buscan compañía o lo que surja hasta personajes pintorescos y/o extravagantes que parecen descartes de Mujeres y hombres y viceversa o de ¿Quién quiere casarse con mi hijo? Como en otros programas del universo tróspido que tanto ha explotado la cadena, el casting lo es todo. Un reparto de lo más variopinto aderezado con un buen trabajo de edición posterior y de guion, que logra enganchar a unos espectadores que encuentran aquí una saludable vía de dar rienda suelta a su voyerismo.

En realidad, Cuatro no ha descubierto el fuego. El formato viene de Gran Bretaña, donde recientemente ha ganado el Bafta al mejor reality. Allí, parece que tras cinco temporadas todavía no ha notado desgaste. Aquí, el verano, con la falta de competencia (tanto El hormiguero como El intermedio están de vacaciones) y la afición del espectador estival por programas ligeros y frescos, le ha otorgado destacadas cifras de audiencia y gran repercusión en las redes sociales.

First Dates engancha por la variedad de perfiles de sus protagonistas y porque el espectador puede pasar de sentir la más profunda vergüenza ajena a la total identificación. Muchas de las citas no terminan bien. A veces triunfa el amor. Ya se han visto pedidas de mano y flechazos instantáneos, además de huidas en medio de la cena o rechazos por simpatizar con un partido político (ya son míticas las calabazas que se llevó el pobre Facundo por sincerarse cuando su cita le preguntó "¿no serás de Podemos?").

First Dates es televisión entretenida, con sus risas, su emoción, sus decepciones. Ahora el programa tiene por delante el reto de hacer frente al desgaste del paso del tiempo y de la reiteración. De momento, llevamos 100 noches de citas a ciegas. Y que sean muchas más. 

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