Políticas de la mirada

Una exposición en el CAAM cuestiona el tipo de comunidad a la que se puede aspirar en esta época de diseminación global de las imágenes

'Con jamón, lechuga y pitipua', 2007-2008. Fotografías de Leandro Feal y Claudio Fuentes

En alguna ocasión Iván de la Nuez ha empleado la expresión “izquierda curatorial española” para referirse a ese tipo de comisario que promueve el arte crítico con la globalización neoliberal o con las dictaduras fascistoides latinoamericanas y que, por lo general, ignora el arte que disiente del totalitarismo comunista cubano. Para tales curadores, lectores de Chantal Mouffe y Alain Badiou, no resulta de buen tono discrepar de una revolución que fascinó a Europa. A este respecto, uno de los valores de la exposición ...

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En alguna ocasión Iván de la Nuez ha empleado la expresión “izquierda curatorial española” para referirse a ese tipo de comisario que promueve el arte crítico con la globalización neoliberal o con las dictaduras fascistoides latinoamericanas y que, por lo general, ignora el arte que disiente del totalitarismo comunista cubano. Para tales curadores, lectores de Chantal Mouffe y Alain Badiou, no resulta de buen tono discrepar de una revolución que fascinó a Europa. A este respecto, uno de los valores de la exposición Iconocracia. La imagen del poder y el poder de las imágenes en la Cuba contemporánea comisariada por De la Nuez –a quien le tira más Boris Groys- es, justamente, dar centralidad a ese arte crítico que en la isla representan figuras como José A. Toirac, Reyner Leyva Novo o Lázaro Saavedra.

La izquierda curatorial –y no sólo la española- prefiere reducir el caso cubano al problema de la transculturación, que, por lo demás, conserva una enorme pertinencia. Así, esta exposición, que reúne obras de las tres últimas décadas, incluye una fotocomposición de René Peña que muestra la cabeza de un hombre negro, servida lujosamente para esos consumidores que Segalen habría llamado “proxenetas de la sensación de lo diverso”.

La mayoría de los artistas de esta exposición conocieron antes a los héroes que a los superhéroes

La fotografía predomina en esta exposición con perfume agitprop, el mismo aroma que usa el régimen. Al fin y al cabo la cubana, nacida con el pop y la expansión de la televisión, es una revolución que prescindió de la estatuaria colosal del realismo socialista para privilegiar la fotografía y el cine. De este modo, desde el origen, Fidel Castro se vio a sí mismo como un atlas, en el sentido de titán que se echa la historia a la espalda, lo mismo que en el de máquina que acumula imágenes de su figura y que manipula su potencia de montaje.

La mayoría de los artistas de esta exposición, con la que comienza su andadura como director del CAAM Orlando Britto, conocieron antes a los héroes que a los superhéroes. Así lo ilustran los fotomontajes de Geandy Pavón, como el de Batman que observa pasmado una imagen del Che en una calle habanera. Y si muchos sienten que el futuro simplemente ha pasado de largo en la isla, nada transmite mejor esta sensación que los autorretratos desnudos del dúo punk integrado por Leandro Feal y Carlos Fuentes que se sostienen el pene con un palo de escoba y se registran con los últimos carretes de color de la RDA.

Avezada y mordaz, ésta es una exposición que desborda el análisis de lo artístico basado en lo nacional y propone más interrogantes. En especial sobre el tipo de comunidad a la que podemos aspirar en esta época de diseminación global de las imágenes y sobre la contribución que pueden hacer los artistas para su construcción.

Iconocracia. La imagen del poder y el poder de las imágenes en la Cuba contemporánea. CAAM. Las Palmas de Gran Canaria. Hasta el 22 de mayo de 2016.

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