CRÍTICA / DISCOS

Alexis Lefèvre se desvía y se encuentra

El violinista de nacimiento francés abre su mochila personal para impregnarnos de los aromas que ha ido acumulando

A este violinista de nacimiento francés, criado en la costa italiana de Amalfi, lo asociamos al flamenco merced a su larga lista de colaboraciones y composiciones para espectáculos. Resultaba difícil adivinar el bagaje vital y musical que transportaba, y que expone de forma condensada en un disco con el que abre su mochila personal para impregnarnos de los aromas que ha ido acumulando.

De Argentina, adonde emigró aún adolescente, el aire de la chacarera; de Uruguay, su candombe; y del flamenco, en el que milita desde hace 15 años, el ritmo del tanguillo. La ciudad de Positano donde crec...

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A este violinista de nacimiento francés, criado en la costa italiana de Amalfi, lo asociamos al flamenco merced a su larga lista de colaboraciones y composiciones para espectáculos. Resultaba difícil adivinar el bagaje vital y musical que transportaba, y que expone de forma condensada en un disco con el que abre su mochila personal para impregnarnos de los aromas que ha ido acumulando.

De Argentina, adonde emigró aún adolescente, el aire de la chacarera; de Uruguay, su candombe; y del flamenco, en el que milita desde hace 15 años, el ritmo del tanguillo. La ciudad de Positano donde creció le inspira una pequeña suite; su hijo, una nana, y su mujer, el tema que abre el disco. Vida y paisajes difuminados por una música tocada por la magia de la sensibilidad.

Desvíos y encuentros. Alexis Lefèvre. Autoeditado

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