CRÍTICA / DISCOS

La nueva etapa de Tindersticks

'The Waiting Room', décimo álbum del ahora quinteto, contribuye, en su manera pausada, a enriquecer el sonido del grupo

Los británicos Tindersticks no parecieron inmutarse cuando la prensa musical, que en sus primeros años los ensalzó, los olvidó para dedicar sus mimos a otras novedades más rentables. Durante dos décadas han existido por su cuenta, consolidándose como una especie de institución musical que casi siempre factura discos irreprochables, ajena al frenesí de la actualidad, siempre acompañada por adjetivos —“elegantes”, “nocturnos”— que no son más que llamativos indicios de lo que realmente contienen sus canciones.

Una idiosincrasia que se refleja en el desarrollo de un estilo que ha ido incorp...

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Los británicos Tindersticks no parecieron inmutarse cuando la prensa musical, que en sus primeros años los ensalzó, los olvidó para dedicar sus mimos a otras novedades más rentables. Durante dos décadas han existido por su cuenta, consolidándose como una especie de institución musical que casi siempre factura discos irreprochables, ajena al frenesí de la actualidad, siempre acompañada por adjetivos —“elegantes”, “nocturnos”— que no son más que llamativos indicios de lo que realmente contienen sus canciones.

Una idiosincrasia que se refleja en el desarrollo de un estilo que ha ido incorporando nuevos matices con cada nueva obra. The Waiting Room, décimo álbum del ahora quinteto, abre una nueva etapa. Un cambio que no se percibe excesivamente en lo formal, pero que contribuye, en su manera pausada, a enriquecer el sonido del grupo.

El hecho de que hayan encargado a diferentes realizadores un corto basado en cada canción del disco viene a demostrar cómo de cinematográficas —otro adjetivo que les persigue— son sus canciones, aunque ahora se aferren también a un ritmo africano —en ‘Help Yourself’— o simplemente a un ritmo que los saca de sus cadencias habituales —‘Were We Once Lovers’—. Los duetos con voces femeninas —‘Hey Lucinda’, ‘We Are Dreamers’— enfatizan el dramatismo inherente al repertorio de un grupo insustituible.

The Waiting Room. Tindersticks. City Slang / Music As Usual

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