Paul Lewis en tierras desconocidas

El pianista británico abandona a Beethoven y Schubert y se interna en Mussorgsky y Schumman

El pianista británico Paul Lewis abandona por un momento los terrenos de Beethoven y Schubert en donde ha cosechado justamente su mejor fama discográfica para adentrarse en un territorio nuevo: la versión original para piano de los Cuadros de una exposición de Mussorgsky. La interpretación es de calidad, está atenta a la audacia armónica de la obra, a la variedad rítmica que la hace insólita y pone de relieve el gran hallazgo de Mussorgsky: la recreación, con recursos musicalmente revolucionarios, por novedosos, de atmósferas expresivas intensamente sugerentes. Lewis le hace justicia ...

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El pianista británico Paul Lewis abandona por un momento los terrenos de Beethoven y Schubert en donde ha cosechado justamente su mejor fama discográfica para adentrarse en un territorio nuevo: la versión original para piano de los Cuadros de una exposición de Mussorgsky. La interpretación es de calidad, está atenta a la audacia armónica de la obra, a la variedad rítmica que la hace insólita y pone de relieve el gran hallazgo de Mussorgsky: la recreación, con recursos musicalmente revolucionarios, por novedosos, de atmósferas expresivas intensamente sugerentes. Lewis le hace justicia a todo esto y lo hace sin desequilibrar la obra, su tocar, educado en el piano del clasicismo y el romanticismo no es tan agresivamente “percusivo” como en otras versiones recientes de la pieza. Su opción es buena.

El disco se completa de un modo harto arbitrario con una pieza que poco o nada tiene que ver con la anterior: la Fantasía Op.17 de Schumann. Aquí, en un terreno que le es más conocido, Lewis despliega su habitual tocar equilibrado, poco espectacular quizá, pero extremadamente rico en sutiles matices.

Paul Lewis. Cuadros de una exposición, de Mussorgsky. Fantasía Op.17, de Schumann. Harmonia Mundi.

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