Guionistas

Sin guionistas no hay tele. Así de fácil y así de rápido. Son los que ponen las palabras en la boca de los personajes de las series, los que le indican al Gran Wyoming qué decir en El intermedio, los que hacen que Gran Hermano o ...

Sin guionistas no hay tele. Así de fácil y así de rápido. Son los que ponen las palabras en la boca de los personajes de las series, los que le indican al Gran Wyoming qué decir en El intermedio, los que hacen que Gran Hermano o Supervivientes enganchen a su público, los que deciden por dónde irá la trama de una ficción. Pueden convertir a alguien en héroe o en villano. Para que una serie sea buena necesita siempre unos buenos guiones detrás.

En Estados Unidos, ellos son las estrellas del rock en el mundo televisivo. Tras el final de Mad Men, los espectadores estarán más pendientes de lo nuevo de Matthew Weiner que de lo nuevo de Jon Hamm, por mucho que el actor haya dado vida al icónico Don Draper durante siete temporadas. Sin embargo, en España hace poco que se ha empezado a dar visibilidad a los escritores de la televisión y sus nombres empiezan a sonar entre el gran público.

Por eso es tan importante y necesaria la existencia de espacios como Escríbeme una serie, programa de producción propia de Canal + presentado por Isabel Vázquez y que emite los martes Canal + Series. Cada entrega está dedicada a una ficción nacional —ya se han emitido las centradas en Cuéntame cómo pasó, El Príncipe y, ayer, Sin identidad—. Aunque en el plató esté presente alguno de los actores del programa en cuestión, ellos no son el centro del programa, sino los guionistas, que son quienes llevan la voz cantante para explicar el proceso creativo y el trabajo que hay detrás de los 70 minutos que componen cada capítulo de una serie en España. Solo ellos, los guionistas, saben cuánto cuesta mantener la historia de los Alcántara viva durante las 16 temporadas que ya lleva a sus espaldas Cuéntame o lo difícil que es lidiar con los estereotipos y con tramas sobre la yihad en El Príncipe.

Sin guionistas no hay tele. Por eso es tan importante que se les dé voz y, sobre todo, que se les escuche con atención.