Kast cierra su campaña volcado en la inseguridad y Jara llama a no votar nulo
El candidato de las derechas José Antonio Kast finaliza su tercer intento presidencial convencido de su triunfo; la candidata de las izquierdas, Jeannette Jara, pide no creer en el “pesimismo desatado”
La campaña presidencial en Chile ha concluido este jueves oficialmente con dos actos masivos fuera de Santiago de los candidatos que se medirán en las elecciones del domingo, 14 de diciembre: José Antonio Kast, el abanderado de las derechas; y Jeannette Jara, la representante de las izquierdas.
Kast escogió cerrar su campaña, enfocada en seguridad, economía y control migratorio, en Temuco, en la Región de la Araucanía, donde lanzó el pasado septiembre su tercera candidatura presidencial. Esta región es parte de la Macrozona Sur, donde desde 1997 se libra un conflicto por las tierras mapuche que se ha complejizado en los últimos años. Es una zona muy afectada por la violencia rural, donde el discurso de mano dura del republicano para combatir “el terrorismo” y “recuperar el territorio” ha calado hondo, convirtiéndose en uno de sus bastiones. El abanderado de las derechas, líder del partido Republicanos de extrema derecha, obtuvo su mejor porcentaje en La Araucanía en la primera vuelta, con 32,57%, frente al 19,60% de Jara.
Kast llegó acompañado de su esposa, Pía Adriasola, quien ha adquirido un protagonismo mayor en la segunda vuelta. Su discurso lo arrancó agradeciendo a Dios, “que nos ha cuidado, guiado y acompañado”, y a los parlamentarios salientes y electos el pasado noviembre. “La gran mayoría de la gente quiere paz y eso lo que vamos a traer: paz en la Araucanía, con todos los que quieran colaborar; y cárcel para los terroristas y los violentos, porque lo primero que queremos hacer es hacer cumplir la ley”, apuntó. “Pusimos nuestro corazón en La Araucanía, porque había sido una zona golpeada por el miedo, por el terror y eso lo quisimos reflejar”. Además, Kast subió al escenario a su equipo de hierro, que ha sido parte del proyecto político “que está a punto de ganar” el domingo y agradeció el apoyo que ha recibido de los partidos de las derechas y de Amarillos y Demócratas, que se definen de centro.
El republicano, en un discurso confiado en el triunfo, reiteró su amenaza a los inmigrantes en situación irregular de que les quedan 90 días para abandonar el país y a los prófugos de la justicia. “Cada peso que gastemos buscándolos, lo van a pagar en la cárcel”, señaló. También lanzó nuevamente sus dardos contra el Gobierno de Gabriel Boric, que según él generó “caos, desorden y seguridad” y que, si ganan, van a operar a la inversa. Y cuando agradeció a las policías, dijo que, a diferencia de la candidata Jara, ellos le aplauden a Carabineros. Los centenares de adherentes que se reunieron gritaron “sin comunismo, sin comunismo”. Kast añadió “sin comunismo en La Moneda, pero con comunistas en el país, portándose bien”.
Kast ya había realizado un cierre de campaña el sábado en Concepción, en el centro sur de Chile, donde dio su discurso nuevamente detrás de un vidrio blindado. En el debate del martes, el cara a cara final de los dos candidatos, Jara aprovechó de acusarlo de vivir en una “caja de cristal”, en referencia a la medida de protección que ha utilizado en algunos de sus mítines. Kast le respondió: “Tengo que de repente usar un vidrio porque hay personas en otros países que han asesinado candidatos presidenciales. ¿Qué pasa si a mí me pasa algo? Después vas a decir, en realidad tenía razón. Mataron a uno en Ecuador, en Colombia, han atentado contra otros. ¿Tú eso es lo que buscas?”. El republicano explicó luego que ha sido agredido en varias oportunidades durante sus tres campañas presidenciales.
Aunque se barajó realizar un cierre final en Santiago, la idea se descartó en los últimos días y se priorizó su estrategia en esta segunda vuelta, donde se ha desplegado fuertemente en distintos rincones del país. En la primera vuelta sí culminó la campaña en la capital, dándose un baño de masas en el estadio Movistar Arena, con unos 14.000 asistentes, donde entregó el mensaje de que “la tercera es la vencida”, en alusión a su tercer intento por llegar a La Moneda y que, según las encuestas, es muy probable que lo consiga.
Jara: “Hay mucho en juego”
Jara despidió su campaña en la región de Coquimbo, a unos 460 kilómetros al norte de Santiago, uno de sus bastiones electorales. Sonriente y vestida con un traje color azul cielo, la candidata de la izquierda se subió a la tarima cerca de las 21:00 horas para dar un discurso en el que resaltó sus logros como exministra del Trabajo del Gobierno de Boric, como la reforma de pensiones y la reducción de la jornada laboral; pidió defender los derechos sociales; prometió “mano firme y determinada” para combatir la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción; y habló de las desigualdades en el país. “Algunos quieren hacernos creer que Chile es un país donde no alcanzan los recursos y yo quiero decirles que Chile es un país que genera muchos frutos y mi interés es que todas las familias chilenas tengan un pedacito de esa fruta. Es algo de justicia, es algo básico en una sociedad”, dijo.
En su acto de cierre de campaña hizo un guiño a las propuestas del excandidato Franco Parisi, que quedó en el tercer lugar con el 19% de los votos en la primera vuelta, como eliminar el impuesto al valor agregado a los medicamentos. Pero también recalcó sus propuestas propias y llamó a votar con “alegría, esperanza y conciencia”.
Sin mencionarlo directamente, Jara criticó los planes de Kast, a quien llamó “el otro candidato” en una ocasión. “Las penas las cumplirán todos los delincuentes, sea que tengan 30 años o 60 años, así tiene que operar la justicia”, dijo en alusión a la posibilidad de un indulto a condenados por violaciones de derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Jara, arropada por nueve partidos, libra una lucha por atrapar a los votantes del centro político, a los indecisos y los desencantados de los partidos tradicionales, desde la primera vuelta, cuando la izquierda obtuvo el peor resultado desde 1990: un 26,8%. En tanto, Kast, que sacó el 23,95% de los sufragios, pasó con ella al balotaje, y obtuvo el apoyo automático de las colectividades de la derecha moderada, que habían respaldado a Evelyn Matthei (12%), y del ultra Johannes Kaiser, del Partido Libertario (13,94%).
En especial, la esperanza de la aspirante de la izquierda está en seducir a los electores del populista Parisi, quien llamó a dejar en blanco la papeleta. “A quienes estén pensando votar nulo, blanco, conversen con ellos, hay mucho en juego. Tenemos que avanzar y no retroceder”, finalizó Jara.