El mercado laboral chileno muestra un nuevo rostro: los empleos verdes superan a los marrones
Los trabajos con aportes a la preservación y restauración del medioambiente casi triplican a los predominantes en industrias contaminantes del país, según un estudio del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales
El mercado laboral chileno está en plena metamorfosis debido a la transición hacia una economía sostenible. Según un estudio del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), en 2022 había un estimado de 1.534.931 empleos que contribuyen a preservar y restaurar el medioambiente, lo que equivale al 16,7% del total de los trabajos en el país sudamericano, y se espera que sigan en aumento. La cifra supera a los 601.740 ‘marrones’ –ocupaciones predominantes en industrias contaminantes–, lo que equivale a un 6,5%, y en riesgo de ser destruidos.
La lucha climática apunta a ser uno de los motores de crecimiento de Chile, que no sólo cuenta con minerales críticos como el cobre y el litio, sino que también desarrolla energías renovables. En este caso, una de las industrias que ha tenido un mayor auge es la solar, sobre todo en el norte del país. José Acuña, coautor de la investigación titulada ‘Mercado laboral para la transición hacia una economía verde’, asegura que los empleos verdes tendrán un potencial aumento. “Chile está desarrollando en este momento múltiples planes para expandir el sector sostenible, entre las que destacan estrategias nacionales de crecimiento, movilidad e hidrógeno con conceptos verdes. Es decir, existe un esfuerzo del Estado en cuanto a acelerar la transición a energías renovables, lo cual permite pensar en un incremento en empleos relacionados con estos sectores”, explica.
El ritmo de la creación de estos puestos laborales dependerá del incremento de las demandas de profesionales con habilidades vinculadas con la mitigación del cambio climático. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) proyecta que surgirán 24 millones empleos verdes en el mundo a 2030, el año en que concluye el plazo para cumplir con los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) pactados en 2015 por los 193 países miembros de la Organización de Naciones Unidas (ONU). De hecho, Acuña considera que Chile tiene ventajas en relación con otras naciones de América Latina que pudiera impulsar el aumento de estos trabajos como su estructura productiva no intensiva en actividades vinculadas a la elaboración de combustibles fósiles y sus características geográficas únicas que potencian el desarrollo del sector de energías renovables. “Esto permite pensar en un incremento en empleos relacionados con estos sectores”, confirma el investigador.
El estudio indica que un 76,5% de los empleos (7.031.404) se encuentran en la categoría de ‘neutros’, lo que alude a tareas que no favorecen al medioambiente, pero tampoco lo afectan negativamente. Este es sólo un retrato del momento del mercado laboral, dice el economista Juan Bravo, director del OCEC UDP, que realizó el estudio junto con Acuña.
Hasta antes de esta investigación no existían datos sobre la cantidad de empleos verdes, aunque sí hay antecedentes de estímulos para su creación en el país. En julio de 2020, el entonces presidente Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022) lanzó un plan de reactivación para avanzar en la recuperación de 1,8 millones de empleos perdidos por la crisis del Covid-19 con un costo de unos 2.000 millones de dólares, lo que tenía un foco en la promoción de proyectos de acción climático. Y otras dos iniciativas, una para clausurar todas las centrales energéticas a carbón y otra para potenciar la economía circular a 2040, están concretamente destinadas a generar 280.000 plazas de trabajos en industrias sostenibles durante los siguientes 16 años. También el Gobierno de Gabriel Boric ha impulsado inversiones enfocadas en combatir la crisis climática.
Las cifras recopiladas por el OCEC UDP se dieron a conocer este lunes en medio de un debilitado mercado laboral en Chile, que no consigue reponerse de la pandemia de Covid-19. El estudio apunta a que uno de los desafíos hacia una economía medioambientalmente es la elevada precariedad de los empleos verdes, ya que los ocupados informales en estos trabajos alcanza un 35%, una cifra superior a la tasa de ocupación informal de 29,9% entre los empleos marrones y al 25,1% registrado en los neutros.
Las mujeres tienen una participación minoritaria en las ocupaciones clasificadas como contaminantes y las que, al contrario, contribuyen a mitigar el cambio climático. Sin embargo, el nivel de educación sí varía en cada caso. Sólo un 13,3% de los que ejercen una labor ‘marrón’ cuenta con educación superior completa, mientras que los empleados verdes llegan a un 30,7% con estudios universitarios y en el caso de los ‘neutros’, esta cifra se eleva al 38,5%.
Los menos y más favorecidos
Bravo señala que la transición hacia una economía circular interactúa con el fenómeno de los procesos de automatización, el cual afecta algunos oficios. “Muchas veces se habla de la transición medioambiental como si estuviera ocurriendo aisladamente, pero está sucediendo junto con otras”.
Según la investigación, la prevalencia de ocupados en alto riesgo de automatización es ligeramente menor en los empleos verdes (24,2%) respecto a los considerados no amigables con el medioambiente (27,6%) y los neutros (27%). De hecho, el análisis estima que 164.128 trabajadores en los sectores denominados marrones y con un alto riesgo de automatización son doblemente vulnerables a las transformaciones del mercado laboral. Dentro de este grupo se encuentran ocupaciones como operadores de máquinas de movimiento de tierras, carniceros y pescadores, mineros y operadores de instalaciones mineras, entre otros.
“Hay que considerar que la transición hacia métodos de producción y tecnologías más amigables con el medioambiente, o a patrones de consumo sostenible, tiene repercusiones sobre el mercado laboral, porque cambia los bienes y servicios que se producen en una economía”, define Bravo.
En contraste, hay 521.164 personas que ejercen empleos verdes y tienen pocas posibilidades de ser reemplazados por robots. Esto los deja como los mejores posicionados en el contexto del avance tecnológico acelerado y en el camino a la carbono neutralidad.