Más chilenos hijos de extranjeros, 10 años en barriales y expuestos al narco: radiografía de los niños en los campamentos
La Fundación Recrea elabora un informe sobre la situación de los menores de 18 años en asentamientos del norte del país sudamericano
En Chile (19 millones de habitantes), unas 600.000 familias no tienen acceso a una vivienda digna, lo que afecta a más de dos millones de personas. De esas familias, 113.000 viven en asentamientos irregulares, con alcantarillado deficitario y acceso informal a agua potable y electricidad, cuatro veces más que en 2011 y la cifra más alta desde 1996, según el Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023 de Techo-Chile, una organización dedicaba al problema de la vivienda. Un 35% de los hoga...
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En Chile (19 millones de habitantes), unas 600.000 familias no tienen acceso a una vivienda digna, lo que afecta a más de dos millones de personas. De esas familias, 113.000 viven en asentamientos irregulares, con alcantarillado deficitario y acceso informal a agua potable y electricidad, cuatro veces más que en 2011 y la cifra más alta desde 1996, según el Catastro Nacional de Campamentos 2022-2023 de Techo-Chile, una organización dedicaba al problema de la vivienda. Un 35% de los hogares levantados en campamentos son de migrantes, un poco más del doble que hace una década.
Un tercio de la población que vive en campamentos es menor de 18 años. La Fundación Recrea, dirigida por Alejandra Stevenson, quiso indagar en quiénes eran esos niños y adolescentes que están creciendo en la pobreza y el hacinamiento. Para conocerlos, realizaron un estudio piloto en más de 40 campamentos en Antofagasta, una de las cinco regiones donde se concentran las barriadas en Chile.
El 39% era menor de 18 años (casi la mitad de estos tenía entre seis y 12 años) y, según el catastro del Ministerio de Vivienda y urbanismo 2022, llevan viviendo en campamentos cinco años en promedio y sus familias proyectan que permanecerán otros cinco más. Esto se traduce en que esos niños y adolescentes pasarán en promedio 10 de sus primeros años formativos viviendo sin acceso a servicios básicos de manera regular y en un entorno inseguro. Como apunta el documento del Hogar de Cristo, Nacer y crecer en pobreza y vulnerabilidad, la cantidad de años viviendo en un campamento para estos menores será significativo para sus trayectorias de vida, “ya que la influencia de las carencias y del entorno afectarán su desarrollo físico y emocional”.
En el informe elaborado por la Fundación Recrea tras su trabajo de campo en Antofagasta, ponen el acento en que si bien 40% de las familias son migrantes, el 65% de los niños son chilenos. “El alto número de niñas, niños y adolescentes chilenos da cuenta de una particularidad cultural –identificada como chilenos hijos e hijas de extranjeros–, lo que implica un desafío de inclusión”, sostiene el documento Infancia en campamentos, un contexto de multivulnerabilidad.
Una situación recurrente en contextos de pobreza y vulnerabilidad es la “parentalización” de niños, niñas y adolescentes, que implica que asumen tareas y responsabilidades de los padres, madres o cuidadores que sobrepasa la colaboración en el hogar. Esto provoca, alerta el informe, que dejen de vivir su etapa de desarrollo para poder adaptarse a una etapa más compleja: la adultez. El 53% de los menores ayuda en las labores de la casa y el 31% ayuda al cuidado de hermanos pequeños.
Para indagar en el entorno en que crecen esos niños, la fundación hizo una serie de preguntas sobre situaciones a las que han estado expuestos en el último mes. Destacan entre ellas que el 86% respondió haber estado en presencia de plagas (ratones, perros, insectos), el 80% padeció falta de espacios públicos (plazas, juegos), el 63% sintió inseguridad en el campamento, el 61% la lejanía de servicios públicos, el 46% estuvo en presencia de abuso de alcohol y drogas y el 42% de narcotráfico.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo alertó en 2018 que se ha ido generando una exposición constante de los menores de 18 años a la violencia y un primer acercamiento al mundo del pandillerismo y de las drogas. “La imposibilidad de eliminar estos elementos en el espacio público de los vecindarios vulnerables implica que los niños que viven en barrios desfavorecidos tienen más posibilidades de percibir su entorno como una amenaza o lugar no seguro”, planteó. Por último, también según la ONU, la falta de espacios públicos de calidad puede obstaculizar el sentido de pertenencia y la integración social cuando las poblaciones, junto con concentrar pobreza, presentan un deterioro prematuro de las viviendas y un abandono de los espacios comunes.