Roberto Campos, el profesor que destrozó una estación de metro y se convirtió en un símbolo del estallido social de 2019 en Chile
El hombre de 39 años ha sido sentenciado a tres años de libertad vigilada por destrozos ocurridos en octubre de 2019. En abril de 2023 fue detenido nuevamente por rayar una iglesia patrimonial en Santiago
En la víspera de que en Chile se desatara la revuelta social del 19 de octubre 2019, decenas de personas, en especial estudiantes de secundaria, comenzaron a protestar por el alza de pasajes del metro, y llamaron a evadir el pago, lo que encendió la mecha de la protesta. Entre esos manifestantes se encontraba Roberto Campos Weiss, hoy de 39 años, profesor de matemáticas y estadística. La tarde del 17 de octubre, tras salir de dictar clases particulares, y cuando se encontraba en la estación de metro San Joaquín, en el sector sur de la capital, golpeó con puños y pies los torniquetes, validadores de billetes y algunas puertas, dejando a la estación fuera de operación hasta la mañana siguiente. Lo hizo ante un grupo muy grande de manifestantes que lo observaban.
Por la noche, varios vídeos suyos fueron viralizados. Lo mostraron, junto a otras seis personas, destruyendo parte de la estación. Fue detenido el 30 de octubre de 2019 y permaneció en prisión preventiva 56 días. Desde entonces, se hizo conocido como el profesor del torniquete, apodo con el que él mismo se identifica en su cuenta de Instagram. Durante el estallido social, manifestantes, organizaciones sociales y algunos artistas chilenos, lo convirtieron en un icono, pidiendo su liberación a través de varias campañas. De eso han pasado poco más de tres años, hasta que este lunes, Campos ha sido condenado por la justicia chilena a tres años de libertad vigilada como autor de daños agravados, además del pago de una multa de unos 860 dólares.
Al comienzo del caso, sin embargo, Campos arriesgaba una pena mayor, pues el Gobierno del expresidente Sebastián Piñera (2018-2022), de la derecha tradicional, presentó una querella en su contra, la primera interpuesta por los hechos del estallido social, por infracción a ley de seguridad interior del Estado, lo que agravaría en años su condena. Pero apenas asumió el mandatario de izquierdas Gabriel Boric, fueron retiradas las acciones legales contempladas por esa ley en favor de todos los presos de la revuelta social. Aquello había sido una promesa de campaña, tal como fueron después los indultos a 12 condenados.
Previamente, cuando Boric era diputado, en noviembre de 2019, señaló a Televisión Nacional que desde su partido, Convergencia Social, pensaban lo siguiente respecto del profesor Campos: “Si bien es evidente que cometió un error, que es reprochable, y así lo ha reconocido con la destrucción de esos torniquetes, no puede utilizarse como chivo expiatorio por toda la rabia contenida de toda la sociedad”. Y añadió que era “desproporcionado” que se le aplicara la ley de seguridad interior del Estado.
Detenido por segunda vez
La condena en contra de Campos ocurre tres semanas después de que fuera detenido nuevamente por provocar daños en la iglesia y el convento San Francisco, ubicada en el corazón del centro de Santiago. La construcción colonial, que tiene declaración de monumento histórico nacional, es la más antigua de Chile. Campos, junto a una mujer, ha sido responsabilizado de rayar la fachada recién restaurada tras los severos daños que sufrió el recinto durante la revuelta de 2019. Hoy enfrenta una querella del Consejo del Defensa del Estado, que representa al fisco, por daño patrimonial. En las paredes había mensajes que se expandieron por cuatro a cinco metros con consignas a favor del veganismo. Los divulgó la fiscalía: “Hey, tú, ¿te puedo hacer una pregunta? ¿Tu comida se cultiva en el campo o se asesina en el matadero?” y “no comas animales y hazte vegano”. El último de ellos, que su defensa señaló que no fue de su autoría, aludía a la manera peyorativa con que en Chile se denomina a carabineros: “Mata pacos, no animales, hazte vegano”.
Recientemente, tras su segunda detención, el escritor chileno Rafael Gumucio le dedicó un texto en el medio Ex–Ante titulado Roberto Campos (profesor torniquete), un mártir sin causa. Dijo que, sin las redes sociales, “Campos habría sido un fanático en su casa y entre sus amigos. Ver en su teléfono o computador a otros exhibiendo en forma teatral su indignación lo llevó a sentir que tenía un deber, que era de alguna forma un elegido. Las redes mostraban una marejada de escolares saltándose los controles y otro torniquete lanzado a las vías que quedaba inutilizable”. Y agregó: “Era parte de una multitud, de un movimiento, de una película filmada con mil cámaras al mismo tiempo cuando destruyó ante esa mirada el torniquete que impedía su paso. Lo arrestaron y pagó por los que no fueron pillados una condena sin duda exagerada que le permitió el premio de convertirse en una víctima y un símbolo”. “Actores y casi intelectuales, lo convirtieron en parte del petitorio y los eslóganes”.
“Sentía rabia”
Campos fue liberado el 23 de diciembre de 2019. En una entrevista a CNN, contó que cuando vio su imagen destruyendo los torniquetes en los vídeos, no se reconoció. “Dije la jodí, me equivoqué. ¿Por qué lo hice? Porque sentía rabia por las injusticias sociales, porque ser profesor no es fácil. No tengo cubiertos mis derechos sociales básicos, como la salud”. “Seguramente, cuando me jubile, voy a ganar el sueldo mínimo. Fueron todas esas injusticias las que en ese momento me obnubilaron y le pegué al metro, al torniquete. Actué irracionalmente, pero era algo que venía arrastrando hace tiempo, así como pensando en la idea”, agregó.
“No debí haber hecho eso nunca, pero me dejé llevar porque en ese momento la euforia de todo el público estaba ahí. Me uní. Le pudo haber pasado a cualquiera. Todos hemos vivido y sufrido las injusticias históricas que significa ser chileno. Esto era un globo y en algún momento iba a reventar”, dijo.
En julio de 2021, Campos fue precandidato a diputado. Cuando anunció sus pretensiones, que no prosperaron, dijo en su cuenta de Twitter: “Tras saltar los torniquetes conseguimos ser mayoría en la Convención Constituyente”, en referencia al órgano elegido para redactar la primera propuesta de nueva Constitución, que la ciudadanía echó abajo en septiembre por el 62%. Luego, el profesor pidió apoyo a las candidaturas independientes: “Para que también seamos mayoría en el Congreso y que cada vez haya más independientes en cargos políticos”.
Su postulación, en cualquier caso, tampoco prosperó.
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