Antoni Miralda monta en el MNAC un ritual místico gastronómico

El museo expone el enorme tapiz-colcha ‘Cordero del Apocalipsis’, 24 años después

Miralda y su 'Cordero del Apocalipsis', en el MNAC. Andreu Dalmau (EFE)

Quien suba este sábado a primera hora de la mañana al MNAC se encontrará con algo inaudito: unos operarios asando un cordero ante las puertas del principal museo catalán. El animal será una de las piezas fundamentales de la instalación performance que llevará a cabo el rompedor artista Antonio Miralda (Terrassa, 1942) y que tendrán como eje central otro cordero: el Agnus Dei de la iglesia románica de Sant Climent de Taüll que plasmó en la monumental c...

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Quien suba este sábado a primera hora de la mañana al MNAC se encontrará con algo inaudito: unos operarios asando un cordero ante las puertas del principal museo catalán. El animal será una de las piezas fundamentales de la instalación performance que llevará a cabo el rompedor artista Antonio Miralda (Terrassa, 1942) y que tendrán como eje central otro cordero: el Agnus Dei de la iglesia románica de Sant Climent de Taüll que plasmó en la monumental colcha, Cordero del Apocalipsis, de 18 por 15 metros, para su proyecto Honeymoon Project en la que unió en 1992 en matrimonio (con todos los elementos de una boda) a la Estatua de la Libertad de Nueva York con el Monumento a Colón de Barcelona. Una colcha que formaba parte del ajuar en el que no faltaba un enorme anillo, banquete y viaje de novios.

La colcha, que llegó a desfilar por la Quinta Avenida de Nueva York, se expuso en la sala oval en 1995 y luego pasó a las reservas del museo. Hasta ahora, que durante unos días ha vuelto a presidir este enorme espacio que es la sala oval. Para el regreso temporal, Miralda ha ideado una ceremonia ritual, Peccata Mundi, en la que el este animal sagrado es el protagonista. De ahí el cordero, que tras ser sacrificado simbólicamente, estará en su punto, según las previsiones, alrededor de las 12 del mediodía. En ese momento dará inicio a una ceremonia en la que, después de visitar la imagen medieval original, junto al Cristo en Majestad de Taüll, podrá verse cómo se iza la colcha en la sala oval mientras suena el Agnus Dei de Giovanni Pierluigi y el Agnus Dei de la Missa en si menor de Johann Sebastian Bach interpretada por músicos del conservatorio del Liceo. La fiesta terminará con la degustación —para 200 personas que abonen los 12 euros de la entrada y dos de suplemento— del cordero en siete mesas con forma de ojos, taulaülls, acompañado de siete salsas medievales.

La obra el 'Cordero del Apocalipsis' de Miralda, en el MNAC.Andreu Dalmau (EFE)

“El Agnus Dei dialoga con el órgano. Me interesa la confrontación, una doble imagen, entre la imagen y el instrumento, que son casi gemelos, en una plaza pública como esta, que dentro de un museo es todo un lujo”, explica ayer Miralda, último premio Velázquez, durante los preparativos. Miralda dijo que le gustaría que esta pieza, “aunque sea una vez al año, como un rito anual” vuelva a verse en el museo y “provocar situaciones de encuentro creativo, no solo selfies, que está muy bien, pero que se reflexione sobre por qué este bestiario está presente desde la Biblia”. El director del MNAC, Pepe Serra, incluso dijo que estudiará el que la pieza pueda enrollarse y que se exponga en la sala oval cuando no acoja actos. "Es la obra que mejor la viste”, dijo.

La fiesta se prolongará por la tarde. A las 17 horas, (ya con entrada libre) se podrá disfrutar de la música del órgano (grabada) por Dani Espasa y la voz en directo del contratenor Jordi Domènech que interpretará poemas apocalípticos. Ayer, en uno de los ensayos, su voz convertía la enorme sala en un templo medieval, en la que se sentía y bien, el fin del mundo. El domingo será la última oportunidad para ver esta magnífica obra. Luego volverá a las reservas. Esperemos que no por 24 años.

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