Juzgan a un policía por espiar durante tres años a su expareja, también agente

En 2016 llegó a realizar 36 búsquedas para averiguar "si había estado hospedada en un determinado hotel"

Un coche patrulla de la Policía Nacional, en una imagen de archivo.

La Audiencia de Madrid juzga desde hoy mañana a un policía nacional que supuestamente espió durante tres años a su expareja, también agente, mediante la base de datos de la Policía sobre personas hospedadas en hoteles, motivo por el que la Fiscalía pide para él dos años y medio de cárcel.

La sección 27 de la Audiencia Provincial juzga desde hoy a las diez a Alberto G.F., a quien el representante del Ministerio Público imputa un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos. Según el escrito de acusación del fiscal, el espionaje comenzó en 2014 después de que ambos agentes...

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La Audiencia de Madrid juzga desde hoy mañana a un policía nacional que supuestamente espió durante tres años a su expareja, también agente, mediante la base de datos de la Policía sobre personas hospedadas en hoteles, motivo por el que la Fiscalía pide para él dos años y medio de cárcel.

La sección 27 de la Audiencia Provincial juzga desde hoy a las diez a Alberto G.F., a quien el representante del Ministerio Público imputa un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos. Según el escrito de acusación del fiscal, el espionaje comenzó en 2014 después de que ambos agentes rompieran la relación que mantuvieron durante cuatro años y fruto de la cual nació un hijo.

Desde entonces, el acusado, añade el fiscal, "no asumiendo la ruptura", entró con su clave durante casi tres años en la base de datos de la Policía para recabar información sobre los registros de distintos alojamientos hoteleros y así "conocer dónde y con quién estaba su exmujer".

Detalla que en 2016 llegó a realizar 36 búsquedas en distintos días para averiguar "si había estado hospedada en un determinado hotel", tras lo que aprovechaba la conversaciones mantenidas referentes al hijo "para dejar entrever que sabía dónde estaba y lo que hacía". Estos mensajes, afirma el representante del Ministerio Fiscal, "generaban en la perjudicada cierta inquietud".

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