Arnal y Bagés, folk ‘progre’ para los X Premios MIN

El dúo catalán protagoniza una gala en el Circo Price en la que Belako también levantó tres estatuillas

Los galardonados en los Premios de la Música Independiente, anoche en el Teatro Circo Price.ÁLVARO GARCÍA

A veces las quinielas apuntan en la dirección correcta. Maria Arnal y Marcel Bagés han propiciado docenas de conversaciones apasionadas desde que hace 11 meses alumbraron su álbum 45 cerebros y 1 corazón, pero el refrendo (y la confirmación de los pronósticos) no llegó hasta anoche en el Circo Price. La lluvia de galardones en la décima edición de los Premios de la Música Independiente (MIN) corrobora la valía de una lect...

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A veces las quinielas apuntan en la dirección correcta. Maria Arnal y Marcel Bagés han propiciado docenas de conversaciones apasionadas desde que hace 11 meses alumbraron su álbum 45 cerebros y 1 corazón, pero el refrendo (y la confirmación de los pronósticos) no llegó hasta anoche en el Circo Price. La lluvia de galardones en la décima edición de los Premios de la Música Independiente (MIN) corrobora la valía de una lectura particularmente iconoclasta del acervo folclórico ibérico, lo que ya suponía una apuesta heterodoxa de por sí. Los otros grandes favoritos de la velada, Los Planetas, tuvieron que conformarse con el trofeo a la mejor producción.

La pareja catalana arrambló no solo con el premio al mejor álbum del año, promovido por EL PAÍS, sino también con los de artista emergente, álbum de pop y canción del año, en el caso de Tú que vienes a rondarme. La modernidad ha terminado descubriendo que jotas, fandangos o cantos fúnebres pueden ser rabiosamente atractivos y contemporáneos. Y encauzar un discurso progresista sin pelos en la lengua. “Estos premios son para todos los cerebros, corazones, luchadores y luchadoras que aún siguen en cunetas”, avisó Arnal. Y remachó, entre aplausos: “Tenemos el gobierno más corrupto de Europa porque la historia de este país se explica desde la impunidad”. El comentario no hizo ninguna gracia a Andrea Levy, del PP, el político más destacado en el coliseo junto a Rita Maestre (Podemos). Más unanimidad logró el rapero Arkano, protagonista de uno de los momentos de la noche con su inagotable capacidad para improvisar a partir de las palabras que le iba proponiendo el público.

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Quentin Gas y Los Zíngaros —que vienen a ser una resurrección de Triana bajo los efectos de los ácidos— habían abierto una velada conducida por la actriz y bloguera Marta Flich. “La única característica común de los candidatos es que tienen talento, pero no dinero. Y que aún no se han ido a Alemania”, resumió la mordaz valenciana, alineada con esas presentaciones burlonas y lenguaraces que han popularizado los Premios Feroz. Más tarde proclamó: “Esta gala es un zasca en la boca a quienes os dijeron que no os dedicarais a la música”.

El joven cuarteto Belako fue el otro nombre más pronunciado desde el atril: los vizcaínos se llevaron los galardones al mejor artista, videoclip y directo, pero los chavales, de gira, no los pudieron recoger en persona. La ovación más rotunda y emotiva se la llevó Gata Cattana, desaparecida trágicamente el año pasado y ganadora en la categoría de hip hop. Guadalupe Plata (rock), Carmen Linares (flamenco), El Twanguero (músicas del mundo), Moisés P. Sánchez (jazz), Ed is Dead (electrónica), Uxía (gallego), Xarim Areste (catalán), Delorean (euskera), Isabel Villanueva (clásica) o The XX (internacional) completaron el palmarés de una noche que el presidente de la Unión Fonográfica Independiente, Bruno Muñoz, aderezó con un discurso comprometido: “No queremos ver más raperos encarcelados. Tampoco levantemos falsos mártires, pero no podemos encarcelar el mal gusto”, sugirió.

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