La mitad de la Policía de Valdemorillo, de baja por “motivos psicológicos”

La alcaldesa les había prohibido que trabajasen tres días y librasen seis

Entrada principal de la comisaría de la Policía Municipal de Valdemorillo.Kike Para

Valdemorillo tiene en nómina a 35 policías locales pero solo 17 están disponibles. El resto, otros 18 agentes, se encuentran de baja médica (llegaron a ser 21). Tres de ellos disponen de partes de larga duración, otros 15 son bajas recientes y alegan motivos psicológicos. El delegado sindical del Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM), Víctor Valduvieco, explica que la mayoría de sus compañeros sufre estrés y ansiedad por “presiones y coaccio...

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Valdemorillo tiene en nómina a 35 policías locales pero solo 17 están disponibles. El resto, otros 18 agentes, se encuentran de baja médica (llegaron a ser 21). Tres de ellos disponen de partes de larga duración, otros 15 son bajas recientes y alegan motivos psicológicos. El delegado sindical del Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM), Víctor Valduvieco, explica que la mayoría de sus compañeros sufre estrés y ansiedad por “presiones y coacciones”. La alcaldesa, Gema González (Progresistas de Valdemorillo), alega que se trata de “una medida de presión” para influir en la modificación del cuadrante de servicio. Los agentes lo niegan. Tampoco aceptan las nuevas condiciones laborales que les asigna el Consistorio, a cuyas puertas se manifestaron el 30 de diciembre.

Durante los últimos ocho años, los policías municipales de Valdemorillo han seguido un cuadrante denominado 3-6, esto es: tres días de trabajo con jornadas de 12,5 horas y otros seis días libres. Eso cambió en enero, cuando entró en vigor un decreto que modificaba los horarios de los agentes. El nuevo cuadrante no sigue una secuencia fija, sino que les obliga a hacer turnos de mañana, tarde y noche de forma alternativa. Además, rebaja considerablemente los días de descanso y reduce las horas de trabajo por cada jornada laboral. “Con el nuevo cuadrante es imposible conciliar la vida laboral y familiar”, subraya Valduvieco. La alcaldesa defiende el cambio: “La intención es dar un mejor servicio y cubrir todas las horas y áreas del pueblo, con núcleos de viviendas muy dispersos”.

El Ayuntamiento calcula que el cuadrante 3-6 supone un cómputo de 1.337,5 horas anuales, lo que evidencia un agravio comparativo en relación con el resto del personal, que cumple con la obligación de 1.617 horas al año que marca el Real Decreto 20/2012. El representante de CPPM explica que el horario seguido por su colectivo desde 2009 completaba un total de 1.400 horas y que comprendía otras 97 de libre disposición para servicios extraordinarios. Como cada hora extra corresponde a otras 2,10 ordinarias, Valduvieco calcula que el cómputo se elevaría a 1.601 horas anuales. “El Ayuntamiento se ahorra así 80.000 euros en horas extra”, destaca. La alcaldesa entiende la necesidad de aplicar coeficientes reductores en los horarios, pero advierte: “Lo que no estamos dispuestos es a que sean 500 horas menos de lo que marca la ley. Además, los agentes ya cobran turnicidad, nocturnidad y festividad”.

Sin voluntad de acuerdo

El colectivo que representa Valduvieco sostiene que la alcaldesa ha actuado “de mala fe”. Denuncia que no conocen cuántas horas trabajan con el nuevo cuadrante, que ha sido “impuesto”. Los sindicatos acudieron al encuentro del 20 de agosto de 2015 en el que el nuevo equipo político reveló sus pretensiones. Luego se han desentendido.

El gobierno local asegura que CPPM, el colectivo mayoritario en la localidad con 21 policías afiliados, no tiene voluntad de acuerdo y que ni siquiera asistió el pasado lunes a la reunión de la mesa de negociación para tratar el cuadrante definitivo, ya que el que opera ahora es temporal. “El CPPM se ha negado a negociar cualquier sistema que no sea el que tenían”, confirma la alcaldesa. González asevera que no todos comparten la postura de este grupo, ya que “UGT no está de acuerdo con el planteamiento del CCPM y ha presentado un cuadrante alternativo”. El representante del sindicato, Nicolás Blas, ha declinado hacer declaraciones.

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Valdemorillo (12.200 habitantes) cuenta con tres policías por cada mil vecinos, un ratio muy superior a la media de 1,8 de otros municipios y el triple de los que operan en otras localidades de la región. Cada agente cobra 14 pagas con una media de 2.600 euros brutos, lo que supone un gasto anual de 1,9 millones de euros (un 20,4% del presupuesto en 2017, que es de 9,7 millones). El representante del CPPM avanza que en los últimos meses el Consistorio se habría gastado 15.000 euros en horas extraordinarias, a lo que habría que sumar la cantidad que se pagó a los agentes de seguridad privados contratados para Navidad y las fiestas locales, en la primera semana de febrero. El Ayuntamiento aún no dispone de la primera cifra, pero rechaza que la seguridad privada tenga relación con las bajas de los policías. “Se contrataron para un recinto cerrado y atendiendo a un informe policial”.

Multas multiplicadas por 1.000

El de los turnos no es el primer frente abierto entre el gobierno y la policía de Valdemorillo. Un informe al que ha tenido acceso EL PAÍS revela que en la primera semana de septiembre de 2015, tras anunciarse la pretensión de cambiar el cuadrante, los agentes multiplicaron por mil el número de sanciones. Entre los denunciados se encontraban la alcaldesa y al concejal de Seguridad. Ante el notable aumento de multas, el Consistorio denunció a los agentes, pero un juez desestimó el caso. El sindicato policial también critica que durante 2016 "se enchufaron a tres cabos", ya dimitidos. El Ayuntamiento defiende que todos ellos cumplían los requisitos durante el proceso.

El primer cisma policial que vivió Valdemorillo se remonta al 29 de noviembre de 2011, cuando el Ayuntamiento cesó como jefe de la policía local a Francisco Paulino por las "presuntas actividades delictivas cometidas". Las imágenes de un reportaje de televisión realizado con cámara oculta demostraban que Paulino (continúa perteneciendo al cuerpo, aunque lleva una larga temporada de baja) intentó vender puntos del carné de conducir, entre otras cosas. Desde entonces, en estos cinco años, han pasado por el puesto otros tres agentes: Fernando Molero, Carlos Alonso y Francisco Romero, que tomó posesión el 3 de enero después de que su predecesor apenas durara un año en el cargo.

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