Las lideresas de Villaverde

En la segunda planta de un edificio bajo de Villaverde, a pocos metros del Cercanías, se celebra una merienda navideña. Hay de todo: zumos, pestiños, bocadillos… Alrededor de la mesa se concentra una asamblea de mujeres —y un hombre—. Se saben adelantadas a su tiempo y aunque nacieron hace más de 60 años, volvieron a ser bautizadas hace tres años como las Lideresas de Villaverde. “En 2013, el Ayuntamiento nos pidió opinión sobre los centros de mayores”, explica Carmen, de 74 años, “nos pasó una evaluación y se dieron cuenta de que la mujer no tiene ningún peso en estos sitios. Había que trabaj...

En la segunda planta de un edificio bajo de Villaverde, a pocos metros del Cercanías, se celebra una merienda navideña. Hay de todo: zumos, pestiños, bocadillos… Alrededor de la mesa se concentra una asamblea de mujeres —y un hombre—. Se saben adelantadas a su tiempo y aunque nacieron hace más de 60 años, volvieron a ser bautizadas hace tres años como las Lideresas de Villaverde. “En 2013, el Ayuntamiento nos pidió opinión sobre los centros de mayores”, explica Carmen, de 74 años, “nos pasó una evaluación y se dieron cuenta de que la mujer no tiene ningún peso en estos sitios. Había que trabajar eso”. Tanto la que habla, como las mujeres que le acompañan, supieron entonces que la jubilación daba paso al trabajo de sus vidas: “Enseñar a la mujer mayor a empoderarse”.

Fue el Consistorio el que apoyó el proyecto inicial, que surgió como plataforma para llevar a los centros de la tercera edad el debate sobre la perspectiva de género. Su tarea, que no contaba ni cuenta con fondos económicos, la realizan a través de talleres de formación en centros, ferias y colegios, pues pretenden que su discurso no se limite a la gente mayor, sino que pretenden compartir puntos de vista con otras generaciones.

“Cambiar mentalidades en materia de género es una tarea difícil en todas las edades, pero con los mayores es un reto”, cuenta otra de las lideresas, también llamada Carmen. “Al principio el rechazo de las mujeres de estos centros era terrible, muy frustrante. Incluso hubo compañeras que dejaron el grupo”. ¿Sus motivos? “La resistencia”, apunta, "les chirría hasta la palabra feminista y no quieren discutir con un marido que les dice que desde que están en las lideresas hablan muy raro”. Pero más que hablar raro, lo que hablan es claro: “Nos ven como unas malditas locas, pero somos mayores, así que somos sabias y cabezotas: sabemos que este es el camino”.

Para pelear esta batalla, estas valientes cuentan con la ayuda de una orientadora “la coach, Mónica”, apostilla otra. El papel de esta persona es fundamental para “poner en común los puntos de vista de todos, muy viciados de tantos años usando un lenguaje machista”. En estos encuentros se trabajan estrategias y herramientas de comunicación para todas las edades. Dentro de ese compromiso contra el lenguaje machista y para cambiar mentalidades está, además, la radio local. “Era uno de nuestros sueños”, explica otra de las mujeres.

Lucía es su maestra en OMC Radio, la emisora local de Villaverde en la que, desde hace unas semanas, emiten su programa Con voz mayor, también orientado al género. “Su llegada a la radio les ha empoderado, empezando por aumentar su autoestima”, explica esta técnico de la emisora. “La gente mayor la escucha, la tiene puesta en casa, le acompaña… Y por otro lado el lenguaje es una de las claves del cambio”, apunta Carmen. “Nuestro primer programa fue un éxito, tuvimos buen fisbac [en referencia a feedback]”, bromea.

Los avances, sin embargo, son lentos: “Vamos convenciendo, pero poquito a poco… Aprovechamos cualquier grieta para meter nuestro discurso”. “¿Quieres por favor coger un pestiño que es viernes y luego sales de fiesta?”, interrumpe otra de las lideresas, bandeja de pestiños en mano. Todas las demás votan a favor: “¡Estos jóvenes no comen nada!”