Pop / Iván Ferreiro

El melodrama solvente

Iván Ferreiro presentó su disco 'Casa' en el Palacio de los Deportes

El cantante Iván Ferreiro durante una entrevista.Óscar Corral

Mascar la derrota y que acabe haciéndote fuerte. Iván Ferreiro siempre ha cultivado un sustrato entre dramático y agónico, así que el disco de quebrantos sentimentales que anoche presentaba en el Palacio de los Deportes, 'Casa', debería retratarle mejor que su envés feliz de tres años atrás. No siempre sucede así. Emocionaba descubrir en la inaugural 'Dioses de la distorsión' que Emilio Saiz recuerda cada vez más a las guitarras hipnóticas de su ilustre progenitor, Suso Saiz, pero algún exceso lírico q...

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Mascar la derrota y que acabe haciéndote fuerte. Iván Ferreiro siempre ha cultivado un sustrato entre dramático y agónico, así que el disco de quebrantos sentimentales que anoche presentaba en el Palacio de los Deportes, 'Casa', debería retratarle mejor que su envés feliz de tres años atrás. No siempre sucede así. Emocionaba descubrir en la inaugural 'Dioses de la distorsión' que Emilio Saiz recuerda cada vez más a las guitarras hipnóticas de su ilustre progenitor, Suso Saiz, pero algún exceso lírico quizá termine abochornando a su propio autor con la perspectiva de los años. Y el gallego tampoco afina el tiro en 'Todas esas cosas buenas', un vals entre infantil y ramplón; ni en el tema central, musicalmente blandurrio, sobrecargado de teclados y carente de colmillo.

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'Casa' sirve, eso sí, para desplegar el estupendo arsenal de neón y audiovisuales que acompaña a la nueva gira, tejado luminoso a dos aguas incluido. Ferreiro encarna ahora mismo el melodrama solvente, la mejor representación de la congoja: una banda irreprochable, un repertorio sincero y torturado, 5.000 personas avalando con un lleno estimulante una propuesta que nunca fue sencilla. El ex de Piratas quizá haya limado una pizca su característica ronquera vocal, a veces sobredimensionada, pero apena constatar que el merecido espaldarazo popular coincida con su cancionero más romo y pasajero. No hubo momentazos a cuenta del nuevo álbum, por mucho que sea pronto para interiorizarlo. Los cimientos del edificio son magníficos, pero parece como si nadie hubiera invertido demasiada atención en el enfoscado.

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