Barcelona reconstruirá un edificio premiado en 1992 y derruido hace ocho años

Las instalaciones de los arquitectos Enric Miralles y Carme Pinós en el Vall d’Hebron obtuvieron el Ciutat de Barcelona

Algunos de los bloques del edificio de Carme Pinós derruido en las instalaciones deportivas del Vall d’Hebron.joan sánchez

Igual hay una segunda vida para las grandes planchas de hormigón que descansan en un solar junto a las instalaciones deportivas del Vall d’Hebrón de Barcelona. Formaban parte de las instalaciones que se levantaron para los Juegos Olímpicos para el Tiro con Arco y fueron distinguidas con el premio Ciutat de Barcelona de Arquitectura de 1992 que reconoció la calidad del proyecto de Enric Miralles (fallecido en 2000) y Carme Pinós. Después de la cita olímpica, aquellas instalaciones se reconvirtieron en lo que es hoy un complejo deportivo de campos de fútbol y rugby que cuenta con 4.500 usuarios....

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Igual hay una segunda vida para las grandes planchas de hormigón que descansan en un solar junto a las instalaciones deportivas del Vall d’Hebrón de Barcelona. Formaban parte de las instalaciones que se levantaron para los Juegos Olímpicos para el Tiro con Arco y fueron distinguidas con el premio Ciutat de Barcelona de Arquitectura de 1992 que reconoció la calidad del proyecto de Enric Miralles (fallecido en 2000) y Carme Pinós. Después de la cita olímpica, aquellas instalaciones se reconvirtieron en lo que es hoy un complejo deportivo de campos de fútbol y rugby que cuenta con 4.500 usuarios. Uno de los dos edificios de aquel complejo fue derruido en 2008 por la construcción de un túnel de maniobras de la línea 5 del metro y las losas que lo configuraban fueron amontonadas en el solar, donde permanecen abandonadas. Ahora el Ayuntamiento de Barcelona, concretamente el regidor de Arquitectura, Daniel Mòdol, retoma la reconstrucción de lo derribado y está pendiente de una reunión con el departamento de Política Territorial y Sostenibilidad de la Generalitat para activarlo.

La deconstrucción del edificio premiado fue realizada por GISA— la empresa de la Generalitat que se encargaba de la ejecución de las obras del metro, ahora denominada Infraestructuras.cat — que se comprometió a asumir el coste de la reconstrucción posterior. “La sociedad GISA asume la redacción y ejecución del proyecto de reconstrucción del edificio en el lugar que el Ayuntamiento señale que incluirá la urbanización del entorno”, sostenía el convenio que se firmó el 23 de mayo de 2007 entre Ayuntamiento y GISA. Un convenio que también especificaba que ese encargo recaería en Carme Pinós “arquitecta coautora del edificio” y la que, además, autorizó su derribo. Pinós presentó el nuevo proyecto ejecutivo del pabellón, en julio de 2010, en el que se reutilizaba el material conservado y cobró por ello. El paso siguiente era la licitación de la dirección de la obra. Nunca se llegó a realizar. Desde Infraestructuras.cat se argumenta, a preguntas de este periódico, que existía una clausula según la cual si pasados 12 meses no se licitaba la dirección de obra el contrato “quedaba rescindido”. Mientras tanto se colocaron unos barracones prefabricados para los vestuarios y oficinas de forma provisional que todavía están en uso.

Las cifras de los dos proyectos

Los vestuarios de las instalaciones deportivas del Vall d'Hebrón se empezaron a construir en julio pasado a lo largo de uno de los frentes del solar. Son “provisionales”, de acuerdo con la documentación y la argumentación que sostiene Infraestructuras.cat y tienen un presupuesto total de 1.634.000 euros con un plan de ejecución dividido en tres fases.

La primera —600.000 euros— a cargo de esa empresa se terminará en dos años, la segunda (504.000) en 4 años y la última fase es de 532.000 euros —con un horizonte de 8 años— iría a cargo del Ayuntamiento. Y el proyecto de Carme Pinós, de acuerdo con sus estimaciones, sube a 2,6 millones de euros en los que se incluye la urbanización por lo que la arquitecta tampoco entiende las “razones presupuestarias” que alega la Generalitat.

Pinós no fue informada de que su proyecto se paralizaba y en junio de 2013 se enteró de que Infraestructuras.cat había convocado un concurso para la realización de los nuevos vestuarios. La arquitecta mantuvo dos reuniones para preguntar qué ocurría con el proyecto que ella había presentado y con el compromiso. Se entrevistó con Xavier Flores, entonces subdirector general de esa empresa pública y Vicente Guallart, que fue arquitecto jefe en el mandato de Xavier Trias. Y también expuso la anomalía al Colegio de Arquitectos y al entones regidor Antoni Vives.

Portavoces de Infraestructuras.cat explicaron que el proyecto de Pinós se descartó “por razones presupuestarias” y que por ello se decidió convocar un nuevo concurso que lo ganó Moisés Gallego. Los vestuarios son “provisionales” y no invalidan el proyecto de Pinós que se hará en “algún momento”, según Infraestructuras. cat. Una provisionalidad a la que se alude en un documento del consistorio del 8 de mayo de 2014: “Dado el elevado coste de restitución de los vestidores (…) se decide conjuntamente con todas las partes implicadas construir unos nuevos vestidores dejando para más adelante la restitución de los vestidores de Miralles ( y Pinós)”. Una temporalidad con la que no está de acuerdo la arquitecta que considera que esa obra invalidará la suya.

El consistorio quiere impulsar la reconstrucción tal como se estableció en el convenio firmado en 2007 y de acuerdo con el proyecto ejecutivo de Pinós que fue aceptado en 2010. “Entiendo que es absurdo hacer algo provisional con un coste como el que tiene. Lo que hay que hacer es construir el proyecto con el que se comprometió la Generalitat”, manifestó Mòdol. La cuestión de si el material acumulado estará en condiciones, la arquitecta lo tiene claro: “Seguro que se podrá emplear”.

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