TEATRO

Un joven príncipe muy consciente de la putrefacción del reino

Pol López protagoniza en el Lliure un 'Hamlet' declaradamente contemporáneo, incluso en sus dudas

Pol López en 'Hamlet'.ROS RIBAS

“Tienes que pasar por el aro de Hamlet cuando eres joven”, recomienda Dereck Jacobi. Él hizo el suyo prácticamente cuando nació Pol López (1984), que ahora se mete en la piel del príncipe danés de Shakespeare en el Teatre Lliure poniendo el último eslabón por el momento de una cadena de Hamlets catalanes que, desde la Transición hasta ahora, incluye los de Enric Majó, Lluís Homar, Julio Manrique o el de bolsillo de Raimon Molins. Llega pues un nuevo Hamlet a nuestra escena y no podemos sino saludarlo con los preceptivos cañonazos, a lo Fortinbrás.

El encargado de traérnoslo es Pau Carri...

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“Tienes que pasar por el aro de Hamlet cuando eres joven”, recomienda Dereck Jacobi. Él hizo el suyo prácticamente cuando nació Pol López (1984), que ahora se mete en la piel del príncipe danés de Shakespeare en el Teatre Lliure poniendo el último eslabón por el momento de una cadena de Hamlets catalanes que, desde la Transición hasta ahora, incluye los de Enric Majó, Lluís Homar, Julio Manrique o el de bolsillo de Raimon Molins. Llega pues un nuevo Hamlet a nuestra escena y no podemos sino saludarlo con los preceptivos cañonazos, a lo Fortinbrás.

El encargado de traérnoslo es Pau Carrió que dirige y adapta Hamlet (ya montó un singular Enric V con el propio López, también en el Lliure) en una versión muy sobria y con solo siete actores (de los que algunos se desdoblan) pero que se extiende hasta las casi tres horas (contando el descanso) y que ha despertado tanta expectación que se estrena esta noche en la sede de Gràcia con ya todas las entradas vendidas para las funciones programadas (30, hasta el 17 de abril). En el reparto, Eduard Farelo, Rosa Renom, Xicu Masó...

“Es la historia de un personaje joven”, explica Carrió de su visión de Hamlet. “Nuestro punto de partida para abordarlo, para trazar nuestro camino a través de esa obra inabarcable, es lo que él mismo dice en el monólogo al inicio: la palabra asco, el asco del mundo; somos conscientes, como él, de la putrefacción del reino, de la corrupción que lo domina todo. Y de que hay que hacer algo. También ahora dudamos de qué dirección tomar, los pasos a seguir. A partir de ahí, Hamlet hace su viaje y nostros con él”.

Carrió vincula el trayecto de Hamlet con la sensación “muy de ahora” de “no futuro”. “Estamos en esta encrucijada, este momento de crisis y es fácil percibir la sensación tan contemporánea que nos produce la historia de Hamlet, su búsqueda de una salida, probando diferentes estrategias, como la de seguir inicialmente el mandato del padre, la venganza. Pero Hamlet ve que eso no es suficiente. Y nosotros tampoco sabemos articular respuestas. El espectador se irá con muchas preguntas no resueltas”.

Hamlet va envuelto en una poética monumental. “Pero su poética no existe en el vacío. Es poética porque es la acción del pensamiento, y la emoción de un hombre concreto”.

¿Y cómo enfrentan los pasajes emblemáticos? “Como si los hicieramos por primera vez, como si nunca se hubieran hecho”. Señala Carrió que el “ser o no ser” de Hamlet “puede ser muchas cosas, depende; en nuestro caso puede que apunte hacia la acción”. En todo caso, Hamlet no está hablando para sí mismo, según el director. “Usa la tercera persona del plural, no es un discurso subjetivo, esa es una indicación muy clara que nos está dando el autor”.

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Uno podría pensar que tras triunfar interpretando al chico autista de El curioso incidente del perro a medianoche, López sería un Hamlet ensimismado. Pero no. “Su Hamlet es abierto y comunicativo, un Hamlet cercano, con el que conectas”. De su salud mental, Carrió apunta que “se hae el loco como estrategia, pero eso nunca lo controlas del todo, si juegas con fuego te quemas”..

Para la compleja escena final, en al que naufragan tantos Hamlet, han optado por la esgrima deportiva, con la indumentaria, las caretas. “Si lees bien la obra ves que se trata inicialmente de un torneo deportivo”.

Hamlet y Ofelia (Maria Rodríguez) se besan en escena; parece una declaracion de principios. “Hay carnalidad, sí, su relación está consumada, nosotros no podríamos entenderlo de otra manera, y creo que Shakespeare tampoco. Si escuchas la canciones de Ofelia es evidente que algo ha pasado”.

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