Público en danza y un ‘cisne’ porno

El festival Sismògraf cubre Olot con un aluvión de ideas creativas y fuerte presencia de público

Mauricio González, desnudo de cintura para abajo, en su actuación de Wakefield Poole. MARTÍ ALBESA

Público que se integra en el espectáculo gracias a poder oír por unos auriculares las órdenes coreográficas del director; o una interpretación que vincula el clásico El lago de los cisnes con una película porno, a través de un bailarín desnudo de cintura para abajo. Estas son dos de las rompedoras propuestas que este fin de semana está ofreciendo en Olot (Girona) el festival Sismògraf, convertido en esta séptima edición que termina hoy en el mercado estratégico de la danza en Cataluña, aspecto reforzado por la presencia de un...

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Público que se integra en el espectáculo gracias a poder oír por unos auriculares las órdenes coreográficas del director; o una interpretación que vincula el clásico El lago de los cisnes con una película porno, a través de un bailarín desnudo de cintura para abajo. Estas son dos de las rompedoras propuestas que este fin de semana está ofreciendo en Olot (Girona) el festival Sismògraf, convertido en esta séptima edición que termina hoy en el mercado estratégico de la danza en Cataluña, aspecto reforzado por la presencia de un gran número de programadores que otean sin perder detalle.

El festival arrancó ya el viernes en la Biblioteca Marià Vayreda, en donde, ante bibliotecarias de toda Cataluña, a través de Balla’m un llibre se escenificaron lecturas. Cargados de actividades todo el día teatro, salas y las principales calles de Olot, fue Andréana Leclerc una de las que brilló, al agotar las localidades para su espectáculo Cherepaka, eceelbrado en el Espacio Barberí, antigua fábrica hoy convertida en el prestigioso estudio de Arquitectura R C R. La bailarina contorsionista asombró por su dominio del cuerpo, que la lleva a convertirse en una flor salvaje o en una amenazante garra. El grupo Cobosmika abarrotó la Plaça Pia Amonia con su intenso dúo Onetoanother. Y Sol Picó presentó unos breves minutos de WW (we are women), adelanto del espectáculo que ultima para el próximo Festival Grec.

Ya por la noche, Àngels Margarit, al frente de Mudances, llenaba el Teatro Principal con sus Capricis, con música de Niccolò Paganini, espectáculo estrenado en el Grec de 2013, mientras Sabine Dahrendorf encontraba en el Claustro del Hospicio cobijo ideal para su hermoso Epíleg d’un inici (El secret de les meduses), que en Barcelona se estrenó el pasado septiembre en el Pabellón Mies van der Rohe.

Pero uno de los mejores montajes de la noche llegó de la mano del director de escena Roger Bernat, que con su propuesta al aire libre La consagración de la primavera, logra que el público se mueva creando una coreografía con muchos participantes. A cada espectador se le da unos auriculares en los que oye la partitura de Stravinski y unas instrucciones para que se agrupe, corra, mueva los brazos, salte... El resultado fue extraordinario; entre los improvisados bailarines se vio participar activamente a Ramón Simó, director del Festival Grec de Barcelona.

Pasada la medianoche, llegó la transgresión. La encarnó el bailarín-actor Mauricio González, que presentó Wakefield Poole: visiones y revisiones, un solo en el que el artista canario, vestido de cintura para arriba de Príncipe Albrech y desnudo de cintura para bajo, relaciona el ballet clásico El lago de los cisnes con Boys in the sand, película de cine porno. Con audacia, humor y unas gotas de sordidez narra la historia del bailarín de los Ballets Rusos de Montecarlo Wakefield Poole, que tras dejar la compañía se convirtió en director de cine porno.

Ayer, Olot reforzó su faceta de escenario de baile. Así, Margarit esparció sus Capricis por la ciudad, mientras alumnos de L’Institut del Teatre de Barcelona, coordinados por Lipe Hernández, bailaban en la escaleras de la catedral de Sant Esteve. Por su parte, la compañía de Mar Gómez exhibía su Heart Wash y Entre tú y yo en la Plaça del Mercat. Y Lali Ayguadé presentaba su intenso dúo Incógnito. Por la tarde los espectáculos, ya en espacios cerrados, más concurridos fueron Ballarina, de Sonia Gómez; el taller con mujeres de Olot de más de setenta años; Las muchas, de Mariantònia Oliver, y Moviment d’insurrecció sonora de Sol Picó y Vero Cendoya.

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Hoy, si la lluvia no lo impide, seguirán los espectáculos en la calle. Pero no importa: Sismògraf ya tiene bien controlado el movimiento de la danza catalana.

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