Crítica

Danza y Ciencia

Dance Fiction, una idea del artista Choy Ka Fai, que interpretó la bailarina de danza contemporánea, Sonia Gómez despertó curiosidad y aburrimiento a la vez

El nuevo espacio escénico del Poble Sec, Hiroshima, inauguró su programación de danza con una perfomance, Notion: Dance Fiction,una idea del artista de Singapur Choy Ka Fai, que interpretó la bailarina de danza contemporánea, Sonia Gómez. Una pieza que despertó curiosidad y aburrimiento a la vez. La noche del viernes el público llenó la sala dedicada a los espectáculos de danza, con un aforo para 130 personas, entre los espectadores algunas caras conocidas, como el actor, Andrew Tarbet, y la actriz, Laia Marull.

La sala para danza de Hiroshima está técnicamente muy bie...

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El nuevo espacio escénico del Poble Sec, Hiroshima, inauguró su programación de danza con una perfomance, Notion: Dance Fiction,una idea del artista de Singapur Choy Ka Fai, que interpretó la bailarina de danza contemporánea, Sonia Gómez. Una pieza que despertó curiosidad y aburrimiento a la vez. La noche del viernes el público llenó la sala dedicada a los espectáculos de danza, con un aforo para 130 personas, entre los espectadores algunas caras conocidas, como el actor, Andrew Tarbet, y la actriz, Laia Marull.

La sala para danza de Hiroshima está técnicamente muy bien equipada, además el público se sienta en unos largos bancos con respaldo y tapizados muy cómodos, lo que convierte a este nuevo equipamiento cultural en un espacio ideal para espectáculos de pequeño formato.

NOTION: DANCE FICTION. A LA LECTURA PERFOMANCE

Idea y dirección de Choy Ka Fai. Interpretación de Sonia Gómez; Hiroshima. Barcelona 17 de abril

Notion: Dance Fiction es un experimento científico en el que Ka Fai intenta demostrar, como a través de la electro estimulación un ser humano puede realizar el mismo gesto que otro, en este caso el de un bailarín. Con la ayuda de una traductora, el espectáculo es inglés, Ka Fai explica a Sonia Gómez y al público su teoría. Una teoría de la que se empezó a hablar, según él, a finales del siglo XIX.

Así se vio a Gómez con numerosos electrodos en diferentes partes de su cuerpo, a los que Ka Fai, a través de su ordenador, mandaba corriente eléctrica al nervio, con la consiguiente respuesta del músculo. En una pantalla se veían a figuras de la historia de la danza desde Nijinsky a Jerome Bel, pasando por Merce Cunningham, Pina Bausch, Akram Khan y el bailarín de butoh, Tatsumi Hijikata, entre otros. De cada uno de estos artistas se proyectaba un fragmento en que movían los brazos, movimiento que Sonia realizaba exactamente iguales, tras la descarga eléctrica ejecutada por Ka Fai.

Algo habrá de cierto en este experimento, pero la bailarina le daba una intención al gesto y movía otras partes del cuerpo, que no tenían que ver con las descargas eléctricas, Sonia marcaba el estilo de baile de cada uno de los artistas llevada por su mente, independiente de la espontaneidad de la descarga eléctrica. Un experimento que resultó al principio interesante pero que llegó al final a aburrir por su largo discurso y por el dilatado número de artistas a imitar.

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