POP EVAN DANDO

Urgencia casi depredadora

Hay muchas maneras de celebrar un cumpleaños. Evan Dando eligió una de las mejores para conmemorar sus 48 inviernos

Hay muchas maneras de celebrar un cumpleaños. Evan Dando eligió este miércoles una de las mejores para conmemorar sus 48 inviernos: rodeándose de sus canciones (algunas, manifiestamente buenas), encadenando estribillos con una urgencia casi depredadora. No quedó claro si quien encabezara Lemonheads estaba ansioso por reivindicar su legado (incuestionable, y más después de verle) o inquieto tal que un muchacho primerizo que aspira a congraciarse cuanto antes con quienes le contemplan.

Sucede que muchos de quienes copaban las mesas de Clamores han crecido con los versos del hombretón de l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hay muchas maneras de celebrar un cumpleaños. Evan Dando eligió este miércoles una de las mejores para conmemorar sus 48 inviernos: rodeándose de sus canciones (algunas, manifiestamente buenas), encadenando estribillos con una urgencia casi depredadora. No quedó claro si quien encabezara Lemonheads estaba ansioso por reivindicar su legado (incuestionable, y más después de verle) o inquieto tal que un muchacho primerizo que aspira a congraciarse cuanto antes con quienes le contemplan.

Sucede que muchos de quienes copaban las mesas de Clamores han crecido con los versos del hombretón de la melena lacia y los coreaban sin titubeos. Pero Dando repasaba las páginas de su estimable pasado con una premura agónica. Daba igual que ya en los bises, con la sala a su merced, brotara la deliciosa Into Your Arms: la ventiló en un minuto escaso. Y no corrieron mejor suerte muchas otras, desde It’s a Shame About Ray a My Drug Buddy o Style, reducidas todas a bosquejos. Dando ejerció como culo inquieto en todo, hasta en el ritual de marcharse y retornar para los bises, que zanjó en unos 15 segundos. Inseguro y algo caótico al principio con la guitarra eléctrica, peleado con los volúmenes, en la segunda mitad acústica se mostró más certero pero igualmente nervioso. Queda el legado de un repertorio truncado de manera prematura, pero en ocasiones excelente. Fue bonito revivirlo en esa suerte de visita guiada.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En