Próspero año de la cabra

Los ciudadanos chinos de Barcelona protagonizan un colorista desfile en su Año Nuevo

La comunidad china celebra el fin de año en las calles de Barcelona.Massimiliano Minocri

Los habitantes del barrio de Fort Pienc, en Barcelona, se despertaron este sábado rodeados de dragones y leones que desfilaban por sus calles. Atraían la suerte y ahuyentaban a los malos espíritus, según las creencias de la comunidad china, que dio la bienvenida al año de la cabra con un pasacalle en el que participaron más de un millar de personas y que este domingo se repetirá en Lloret de Mar.

La celebración se hizo por primera vez en lo que ya algunos llaman “el barrio chino de Barcelona”. Una coincidencia, según la organización, ya que fue el Ayuntamiento el que eligió el paseo de ...

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Los habitantes del barrio de Fort Pienc, en Barcelona, se despertaron este sábado rodeados de dragones y leones que desfilaban por sus calles. Atraían la suerte y ahuyentaban a los malos espíritus, según las creencias de la comunidad china, que dio la bienvenida al año de la cabra con un pasacalle en el que participaron más de un millar de personas y que este domingo se repetirá en Lloret de Mar.

La celebración se hizo por primera vez en lo que ya algunos llaman “el barrio chino de Barcelona”. Una coincidencia, según la organización, ya que fue el Ayuntamiento el que eligió el paseo de Lluís Companys como escenario.

Maricarmen Herradón, de 69 años, está acostumbrada a que en su barrio los negocios cuelguen carteles en catalán y chino. Pero hasta este sábado, cuando volvía de hacer la compra, no había visto tal despliegue de banderas de colores y figuras budistas en casetas rodantes. “Me parece muy bien que continúen con sus tradiciones pese a estar lejos de su país”, comenta.

Lo mismo piensa Zhang Wei Ye, directora de la escuela china Bingdung. “Nuestros estudiantes son hijos de inmigrantes. Los padres los traen los fines de semana para que les enseñemos escritura china, historia y costumbres”, explica mientras observa con atención a una veintena de sus alumnas realizar el tradicional baile con abanicos rojos y amarillos. “Los niños prefieren hablar castellano, así que les hacemos hablar chino para que no lo olviden”, añade.

Entre los adultos, en cambio, a los asistentes les costaba encontrar a alguien que pudiera traducir lo que decían los banderines que acompañaban a cuatro figuras budistas. Frente a ellas, cuatro cojines esperaban a que los fieles se acercaran a rezar por un próspero año de la cabra.

“La primera da suerte y aleja a los fantasmas. A la segunda se acude para pedir niños. El tercero, brinda felicidad, salud y paz. Y a la última, le puedes pedir lo que quieras”, traduce como puede Ying, de 25 años, que lleva unos cuatro en España.

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Se dice que quienes nacen en el año de la cabra tienen un carácter dócil y agradable. Algo no muy valorado en la cultura china, que prefiere personalidades más ambiciosas. Según The Global Times, muchas parejas recurrieron a principios de 2015 a cesáreas para adelantar el parto y tener a sus hijos en el año del caballo. El sábado, el cojín de la diosa de la fecundidad era el único que permanecía vacío.

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