En busca del mejor Caicedo

El delantero ecuatoriano, que llegó este verano al Espanyol, intenta reencontrarse con su máximo rendimiento depués de pasar por el Lokomotiv y el Al-Jazira Sporting Club

Barcelona -
Caicedo disputa el balón con Lillo, en el partido Espanyol-Eibar.Alberto Estévez (EFE)

Felipe Caicedo (Guayaquil, 1988) quería volver al fútbol de élite. Después de destacar en el Levante en la temporada 2010-2011, se dejó tentar por el progreso económico y jugó tres cursos en el Lokomotiv ruso y seis meses en los Emiratos Árabes. Sin embargo, cuando el ariete ecuatoriano recibió el llamado de Sergio González para invitarlo al Espanyol, no lo dudó. Renunció a dos tercios de su ficha en el Al-Jazira Sporting Club (a cambio se guarda el 50% de una futura venta) y se mudó ...

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Felipe Caicedo (Guayaquil, 1988) quería volver al fútbol de élite. Después de destacar en el Levante en la temporada 2010-2011, se dejó tentar por el progreso económico y jugó tres cursos en el Lokomotiv ruso y seis meses en los Emiratos Árabes. Sin embargo, cuando el ariete ecuatoriano recibió el llamado de Sergio González para invitarlo al Espanyol, no lo dudó. Renunció a dos tercios de su ficha en el Al-Jazira Sporting Club (a cambio se guarda el 50% de una futura venta) y se mudó a Sant Adrià. Toda una ilusión para la afición blanquiazul. Pero Caicedo anda con paso dubitativo y en el Espanyol, expectantes, aguardan a que asome su mejor versión.

No se endulzó Caicedo con su etiqueta de fichaje estrella y se acomodó a la perfección en el grupo. “Es un tío callado y tranquilo, pero tiene muy buen rollo con todos”, aseguran sus compañeros. El vestuario se rinde frente a su calidad. “Cuando coge el balón en velocidad es imparable”, explican. Sin embargo, en la caseta del Espanyol hay quien entiende que el futbolista ha perdido cierto grado de voracidad y que tampoco le ha ayudado la marcha irregular del equipo para ganar seguridad. “Felipe llegó después de jugar más de tres años en ligas poco exigentes. No es tan fácil recuperar confianza y motivación”, esgrimen desde el grupo.

El buen juego de Sergio y Stuani es evidente, pero también lo está haciendo bien Caicedo" Sergio González, entrenador del Espanyol

“En los Emiratos los entrenamientos no eran muy profesionales”, suele comentar Caicedo. La suerte del delantero, que necesitaba recuperar el ritmo, se truncó en la pretemporada cuando una fascitis plantar en el pie derecho le provocó dolores de cabeza hasta noviembre. “Está trabajando a tope para alcanzar su máximo nivel. Es el camino para alcanzar su mejor rendimiento”, advierte Sergio González. Y mientras Caicedo afina la puntería (suma cuatro goles en 16 partidos, 11 de ellos de titular) sus compañeros de ataque no pierden el tiempo y embocan: Sergio García lleva siete dianas y Stuani, que jugó 16 encuentros y sólo seis de titular, cuenta otras seis. “Estoy muy contento con la aportación de los tres delanteros. El buen juego de Sergio y Stuani es evidente, pero también lo está haciendo bien Caicedo”, explica el preparador blanquiazul. “¿Que espero más de Felipe?”, añade Sergio González; “sí, pero como espero más de todo el mundo”.

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