DeBigote, haciendo bandera del pop exultante

La banda de Castellón debuta en largo con 'Estuario', un estupendo álbum que rodaron el pasado verano por festivales como el FIB

El grupo DeBigote, en una imagen de los fotógrafos Paco y Manolo.

En el superpoblado panorama del pop y el rock en la Comunidad Valenciana, no basta con el simple hecho de despachar buenas canciones. Hace falta algo más para despuntar. Un plus que puede colegirse del propio concepto global de la banda en cuestión (imagen, presentación, letras), de la elegancia que destile su propia propuesta o incluso de algo que suele descolocar con cierta frecuencia a los medios: la dificultad para encasillar al grupo en un estilo concreto o bajo unas filias evidentes. Los castellonenses DeBigote, y no es una síntesis demasiado común, tienen todo eso. Y la dificultad para ...

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En el superpoblado panorama del pop y el rock en la Comunidad Valenciana, no basta con el simple hecho de despachar buenas canciones. Hace falta algo más para despuntar. Un plus que puede colegirse del propio concepto global de la banda en cuestión (imagen, presentación, letras), de la elegancia que destile su propia propuesta o incluso de algo que suele descolocar con cierta frecuencia a los medios: la dificultad para encasillar al grupo en un estilo concreto o bajo unas filias evidentes. Los castellonenses DeBigote, y no es una síntesis demasiado común, tienen todo eso. Y la dificultad para rastrear en su música influencias demasiado obvias es, sin duda, uno de sus principales activos.

Algo en lo que ellos mismos coinciden. “Raúl (Iserte) tiene una forma de tocar que tira más hacia el blues, o hacia cosas como Deus o The Mars Volta, pero a mí me gustan cosas como Carlos Berlanga, con lo que tiro mucho hacia el pop. Supongo que esa conjunción de factores, y la forma en que se compensan o se filtran esos gustos, puede que haga que no se nos pueda encasillar fácilmente. Lo que no veo claro es que nos comparen con Radio Futura”, nos comenta el vocalista Víctor Ballester, quien formó DeBigote junto al guitarrista Raúl Iserte, en 2010. Más condescendiente se muestra cuando se nos ocurre mentarle la sombra difusa de Pulp: “siempre me ha gustado la forma de componer de Jarvis Cocker”. La banda la completan en este momento Andrés Amores a la guitarra, Sergio Navarro al bajo, Alberto Rico en el teclado y Juan Buonamisis en la batería.

Desde entonces, dos EPs (Continente e Insular) han ido dando paso a la cristalización de todo su potencial en Estuario (Ediciones Independientes, 2014), un estupendo álbum al que cabe situar entre lo mejor que se ha facturado este año en la Comunidad Valenciana. Un disco poblado de temas de pop jubiloso y chispeante, estilizado y marcado por unos textos inteligentes. Parecen tener fijación por titular sus discos con enclaves geográficos, algo que “no fue deliberado en un principio”, ya que “Continente salió así simplemente porque englobaba el tema Comprarte un continente, y luego ya fueron saliendo los demás, aunque sí que veíamos el título de Estuario como una síntesis de los dos anteriores, de Continente e Insular”.

También tienen especial cuidado de sus portadas y el artwork general en el que se insertan, carta de presentación visual que, lógicamente, dice mucho acerca de su personalidad como banda. La de Estuario (obra de Francesc Mulet en base a una fotografía de Paco y Manolo) muestra un torso masculino desnudo, en una imagen en la que se funde con motivos extraídos de la naturaleza, lo que induce a Víctor Ballester a reconocer que “puede recordar a las de The Smiths, pero tampoco queremos que la gente lo interprete como un reclamo homoerótico, porque eso nos señalaría en exceso”.

Han estado presentando sus temas este pasado verano en grandes festivales como el FIB o e Arenal Sound, si bien (como suele ser el caso con bandas locales aún en fase de crecimiento) en escenarios secundarios y horario vespertino, lejos de la masificación del prime time. El rodaje no deja de ser positivo: “el concierto del FIB (en el apartado Rock This Town, previo al fin de semana) estuvo muy bien porque la organización fue perfecta y tocamos ante mucho público que, en un cincuenta por ciento, no era del festival, y el del Arenal fue un poco más accidentado, porque diez minutos antes no sabíamos ni siquiera si podríamos salir al escenario, ya que tuvimos un percance en la carretera y ni siquiera sabíamos si Alberto (Rico) iba a poder tener los dedos como para tocar”. La exposición del repertorio a franjas de público de lo más diverso siempre depara incógnitas acerca del calor con el que será acogido, por lo que reconoce que “actuamos en Burriana ante un público bastante joven que puede que no sea el más objetivo para nuestra propuesta, pero estaba bastante por la labor de pasarlo bien, ya que era el que venía de la piscina”.

Integrados por fuerza en una escena, la de Castellón, que tradicionalmente se ha decantado por argumentos más clásicos y codificados (aunque esto no deje de ser una generalización), DeBigote se sienten “como unos bichos raros”, ya que no tienen constancia “de nadie que haga ahora mismo lo que hacemos nosotros en la ciudad”. De momento, su futuro más inmediato pasa por la grabación de un tema para un disco de homenaje a Los Auténticos (la histórica banda local) y la presentación de sus propios temas en una serie de conciertos que pasan por Benicàssim el 20 de septiembre (Travesura), el 18 de octubre de nuevo en Benicàssim (Teatre Municipal), el 8 de noviembre en Castellón (La Pérgola), el 21 de noviembre en Madrid (Fotomatón) y el 15 de diciembre en Valencia (Sala Russafa). Para entonces, esperan ya tener un par de temas nuevos, que esperan sea “diferentes a lo que hemos hecho hasta ahora”. Y es que su reivindicación de un espacio para la diferencia parece ser una de sus principales fuerzas motrices. Y no es detalle menor.

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