Condenadas la dueña y la cuidadora de una guardería donde murió un niño

La juez obliga a cerrar la instalación, que operaba sin licencia en Castelldefels

La directora del centro Tenim Nens de Castelldefels y a una cuidadora de la guardería han sido condenadas a penas de cárcel por la muerte de un niño de 17 meses que se atragantó con comida en el centro. La sentencia reprocha la “conducta gravemente negligente” de las cuidadoras y obliga a “suspender las actividades” de la guardería, que operaba sin la licencia de la Generalitat, por lo que no podía publicitarse como “guardería” o “jardín de infancia”, según la sentencia.

Los hechos ocur...

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La directora del centro Tenim Nens de Castelldefels y a una cuidadora de la guardería han sido condenadas a penas de cárcel por la muerte de un niño de 17 meses que se atragantó con comida en el centro. La sentencia reprocha la “conducta gravemente negligente” de las cuidadoras y obliga a “suspender las actividades” de la guardería, que operaba sin la licencia de la Generalitat, por lo que no podía publicitarse como “guardería” o “jardín de infancia”, según la sentencia.

Los hechos ocurrieron el 28 de marzo de 2012. El menor, que se llamaba Kaiki, había comido durante el curso solo alimentos triturados. La monitora, Lara Montilla, propuso a los padres que empezase a ingerir alimentos sólidos. Ese día dio de comer al pequeño y a siete compañeros judías verdes con patata, pollo y pera de postre.

La monitora no vio que los niños llevaban trozos de pera cuando los llevó al ascensor; dentro, Kaiki empezó a toser y Montilla le abrió la boca para intentar extraerle el trozo de fruta con el que se había atragantado. Al salir del ascensor, el menor se desplomó. La monitora y la directora, Isabel González, llamaron a emergencias y, con ayuda telefónica, le practicaron los primeros auxilios.

La juez considera que la directora —condenada a un año y nueve meses de cárcel— y la monitora —un año y tres meses— son autoras de un delito de homicidio por imprudencia profesional, ya que no adoptaron “las medidas necesarias” para evitar la muerte del pequeño. La monitora, además, carecía de la formación adecuada —no había acabado sus estudios de pedagogía— y apenas había tratado antes con niños pequeños. Pese a su escasa experiencia, la monitora se permitió el lujo de “sugerir a los padres” que Kaiki tomase alimentos enteros. En el juicio, la monitora dijo que no sabía que el niño se había atragantado. La juez, sin embargo, no cree su versión.

La sentencia reprocha a la directora que contratase a Montilla y al resto de su personal “a sabiendas de que no contaban con titulación de primeros auxilios a niños de entre 0 y 3 años”, por lo que “contravino las más elementales reglas” para el funcionamiento de este tipo de centros.

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