“La canción más oscura no está hecha desde la desesperación”

Militando ya en la banda coruñesa Stereotipos, fue Iván Ferreiro quien le dio a Xoel López el teléfono de un músico que necesitaba para su gira. Desde entonces, la carrera de David Quinzán se ha hecho inseparable de la del autor de "Tierra". Después de dos giras juntos, López acaba de producir el disco de debut en solitario de Quinzán, El vino de las despedidas, que presentará en directo con un set acústico este jueves 28 de noviembre en Pontevedra (sala Pequeño Karma), el viernes en Vigo (La Casa de Arriba) y el próximo 5 de diciembre en Santiago (sala Ultramarinos), ya con la banda ...

Militando ya en la banda coruñesa Stereotipos, fue Iván Ferreiro quien le dio a Xoel López el teléfono de un músico que necesitaba para su gira. Desde entonces, la carrera de David Quinzán se ha hecho inseparable de la del autor de "Tierra". Después de dos giras juntos, López acaba de producir el disco de debut en solitario de Quinzán, El vino de las despedidas, que presentará en directo con un set acústico este jueves 28 de noviembre en Pontevedra (sala Pequeño Karma), el viernes en Vigo (La Casa de Arriba) y el próximo 5 de diciembre en Santiago (sala Ultramarinos), ya con la banda al completo. En su ciudad, A Coruña, le esperan a comienzos del mes de enero.

Se trata de las composiciones que Quinzán le fue enseñando a su "jefe" entre concierto y concierto. De todas esas, se quedaron las nueve del disco que han hecho merecedor al músico, nacido en Lugo, del título de cancionista, como le bautizó López. "Un día le dije: 'como sigas diciendo que te molan, te voy a pedir que las produzcas´. Y así establecimos nuestro mano a mano, un tejido en el que es difícil distinguir autorías; se nota la de Xoel y estoy orgulloso de eso porque su criterio me importa", explica el debutante. "Además de ser amigos y de que Xoel es muy buen director de orquesta, nos resulta muy fácil trabajar juntos y es natural que se te pegue algo de alguien muy cercano, pero yo no soy un clon; este momento es muy gratificante: mi hijo está echando a andar y todo es nuevo".

Sensible, melódico y triste. Tres sabores que afloran en el brindis melancólico de Quinzán, escritor con imágenes, constructor de murales sonoros con instantáneas que capturan momentos pequeños de vivencias enormes. "Las mejores canciones tienen buenas letras y buenas melodías, son una luz a la que agarrarte". Yo, que vine a morir, me quise quedar junto a su dolor trágico, dice un pasaje de "Jacarandá". ¿Es el desconsuelo el impulso creador más prolífico? "Cuando estás demasiado cerca del problema no eres capaz de hacer absolutamente nada, la canción más oscura no está hecha desde la desesperación. Aunque sean tristes, tres acordes proporcionan el bienestar de un ansiolítico", dice con paciencia.