Punto y seguido

Casi todos los periodistas les preguntamos lo mismo. Después de dos entregas en inglés, Surprise (2009) y Get Cold Feet (2011), el pasado 5 de noviembre los vigueses Maryland alumbraron Los años muertos, su tercer disco con el sello pontevedrés Ernie Records y el primero cantado en castellano. El cambio no difiere de la tendencia mayoritaria en el ámbito del pop, ocurre prácticamente por igual en las corrientes de carácter comercial como en las escenas independientes y, desde luego, concuerda con los gustos de todos esos públicos. Para el grupo, la única razón para h...

Casi todos los periodistas les preguntamos lo mismo. Después de dos entregas en inglés, Surprise (2009) y Get Cold Feet (2011), el pasado 5 de noviembre los vigueses Maryland alumbraron Los años muertos, su tercer disco con el sello pontevedrés Ernie Records y el primero cantado en castellano. El cambio no difiere de la tendencia mayoritaria en el ámbito del pop, ocurre prácticamente por igual en las corrientes de carácter comercial como en las escenas independientes y, desde luego, concuerda con los gustos de todos esos públicos. Para el grupo, la única razón para hacerlo eran “las ganas de probar”. “Nuestras influencias siempre han llegado de bandas que cantan en inglés y, aunque eso sigue siendo así, queríamos lanzarnos a cambiar el idioma; lo hicimos convencidos y las primeras impresiones son muy buenas”, explica el guitarrista Arturo Gutiérrez de la Cámara.

Tras su estreno en la sala El Sol de Madrid, este fin de semana (sábado 23, A Coruña, sala Mardigras) y el que viene (sábado 30, Vigo, La Fábrica de Chocolate), les toca jugar en casa. Estilísticamente, Los años muertos constituyen una propuesta que continúa la senda enérgica, guitarrera y melódica trazada en los discos precedentes. Y eso que hubo más cambios. De productor, el primero. Tras varios años contando con Jaime García Soriano (antes Sexy Sadie y en la actualidad Sr. Nadie), ahora es la propia banda junto con Santi García, de los estudios gerundenses Ultramarinos Costa Brava, la que está al mando en este conjunto de trece canciones que transitan por las fases de una ruptura amorosa.

Y en el seno de la formación también ha habido movimiento de fichas, en concreto, en la batería. Con la salida de Jaime Gutiérrez de la Cámara, por motivos laborales y familiares, explica el guitarrista, Maryland ya no es un quinteto con dos pares de hermanos. Los lazos familiares, con todo, se mantienen con la presencia de Pablo y Rubén Castelo, quienes, con Iván Patiño, conforman el quinteto. El baterista Álex Penido (The Blows, Colectivo Oruga), que ya era un colaborador habitual de la banda, ocupa el puesto desde la gestación del álbum. “Siempre ha estado con nosotros y ya puso de su parte para este disco, así que simplemente podemos decir que Álex ha dejado el banquillo”.