La entrada en servicio del Metro de Málaga vuelve a retrasarse sin fecha

Fomento achaca la decisión a la “falta de celeridad” del Ayuntamiento

Una de las estaciones del metro de Málaga.García-Santos

Las aristas que han vuelto a surgir en torno al metro de Málaga son de tal calado que han provocado que la entrada en servicio de la obra no se produzca antes del 31 de diciembre, tal y como había comprometido la Junta. Y de momento no hay nueva fecha. La consejera de Fomento, Elena Cortés, confirmó ayer oficialmente este nuevo retraso y lo vinculó a “los titubeos” y la “falta de celeridad” del Ayuntamiento en decidir la ruta exacta que debe coger el suburbano hacia el norte de la ciudad y lle...

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Las aristas que han vuelto a surgir en torno al metro de Málaga son de tal calado que han provocado que la entrada en servicio de la obra no se produzca antes del 31 de diciembre, tal y como había comprometido la Junta. Y de momento no hay nueva fecha. La consejera de Fomento, Elena Cortés, confirmó ayer oficialmente este nuevo retraso y lo vinculó a “los titubeos” y la “falta de celeridad” del Ayuntamiento en decidir la ruta exacta que debe coger el suburbano hacia el norte de la ciudad y llegar hasta los aledaños del Hospital Civil. Para la Consejería, esta indecisión afecta a la viabilidad del proyecto y pone en riesgo la financiación de la obra por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que exige garantías de que el escenario esté completamente despejado.

“No es posible, lo lamento”, dijo la consejera, que visitó Málaga para firmar un convenio de desarrollo de proyectos de investigación con la Universidad. Cortés tachó de “absolutamente indispensable” el cumplimiento íntegro del acuerdo al que llegaron el Ayuntamiento y la Junta el pasado 27 de septiembre y hasta que eso no se produzca, la obra no entrará en servicio. “El metro es un todo que necesita viabilidad técnica, económica y social”, recalcó. Para que esto sea posible, es necesario alcanzar los 22 millones de viajeros al año en todo el trazado, incluido el tramo que no se termina de definir.

Una década esperando el metro

La Junta adjudica en julio de 2004 la construcción y explotación de las líneas 1 y 2 del metro de Málaga a una alianza de empresas formada por FCC, Comsa, Azvi, Sando, Vera y Cajamar. El plazo de ejecución es de 40 meses y se fija febrero de 2009 para la entrada en funcionamiento de todo el trazado. El coste inicial era de 403 millones de euros, aunque distintas modificaciones han provocado que supere los 700 millones.

Las obras no empiezan hasta junio de 2006 por las trabas del Ayuntamiento de Málaga para la actuación en la zona de Carretera de Cádiz (línea 2).

El retraso en el inicio de los trabajos de la línea 1 pulveriza el calendario inicial y la puesta en servicio del metro se retrasa hasta 2011. En noviembre de 2007, la Junta decide que arranque de forma parcial, sin llegar al centro.

La nueva fecha elegida es el 11 de noviembre del 2011. Dos meses antes, la Junta retrasa la apertura del suburbano alegando que los dos tramos aislados que iban a entrar en funcionamiento serían deficitarios, con unas pérdidas estimadas de un millón de euros al mes. El metro se pospone hasta febrero de 2013, cuando las dos líneas se unan en las cercanías de la estación de tren. Es el conocido como trazado en V del que se habla desde entonces.

En noviembre de 2012, se abre un nuevo frente entre el Ayuntamiento y la Junta al anunciar la Consejería su intención de que el Metro atraviese el centro de Málaga en superficie, no soterrado, como estaba previsto. Se alegan motivos económicos y el elevado coste de acometer los trabajos bajo tierra. El alcalde rechaza la propuesta.

El pasado 27 de septiembre, durante la primera visita institucional de Susana Díaz a Málaga como presidenta de la Junta, se llega a un acuerdo que parecía definitivo.

Ahí está ahora el escollo. El 27 de septiembre, durante la primera visita institucional de Susana Díaz como presidenta de la Junta, las dos administraciones sellaron la paz después de meses de confrontación por cómo atravesaría el metro el centro de la ciudad. La opción elegida fue que llegará soterrado, como defendía el consistorio, aunque se cortará a mitad de la Alameda, a unos 200 metros de calle Larios. A cambio, se impulsará en superficie una línea que se dirige al norte de Málaga, hasta el Hospital Civil, cuyo trazado hay que concretar. Independiente de esta polémica, los trabajos para poner en servicio los tramos de las líneas 1 y 2 que confluyen en el entorno de la estación de trenes (en forma de v) continuaban a buen ritmo para abrir antes de final de año. Eso es lo que se ha descartado ahora.

El acuerdo de hace apena mes y medio contentó a todos, pero los tiempos de cada administración han sido distintos. La Junta pretendía celeridad, pero el Ayuntamiento se ha tomado las cosas con calma. En las dos reuniones que se han celebrado desde entonces, el equipo de gobierno local ha alegado que le falta documentación para concretar el recorrido de la línea norte y que necesita saber la opinión de los vecinos. La duda está en si discurrirá por Eugenio Gross o por la Avenida Barcelona.

Según sostiene la Consejería, este panorama alimenta la incertidumbre del BEI, que solo financiará la obra si tiene garantías de que el acuerdo político se extiende al plano técnico. El Banco Europeo de Inversiones tiene que liberar aún 46 millones de euros. Cortés recordó que la empresa concesionaria del metro, también por esta situación, no ha contratado a las 95 personas que trabajarán en el suburbano. Tampoco se han materializado los tres meses de pruebas necesarios para que este medio de transporte se ponga en marcha.

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La consejera afirmó que la obra está lista e insistió en pedir celeridad al Ayuntamiento para desarrollar el último acuerdo. El alcalde, Francisco de la Torre, siguió ayer en su línea y estimó que no hay prisa y que se trata de “tranquilizar” al BEI. “No es que tengamos mucho tiempo para tomar la decisión, pero hay cierta holgura”, recalcó.

El metro de Málaga es la principal obra pública que se ejecuta en Andalucía. Cortés destacó el respaldo presupuestario que recibe en las cuentas de 2014, con 70 millones de euros consignados. Este dinero se destinará a cubrir los gastos de explotación cuando entre en servicio (algo más de 20 millones) y la intención de Fomento es licitar tanto la entrada soterrada a la Alameda como el proyecto constructivo de la línea norte.

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