crítica danza

Un verdadero arte de fusión

Angel Rojas y Carlos Rodríguez ofrecen un verdadero ejercicio, de muy buena factura, de fusión de modos y estilos de nuestra época

La compañía Nuevo Ballet Español.

Faltaba por llegar al universo de la nueva danza teatral española la estética posindustrial con sus superficies oxidadas y su densidad ambiental. Los creadores Angel Rojas y Carlos Rodríguez han madurado en lo expresivo y en lo conceptual ofreciendo un verdadero ejercicio, de muy buena factura, de fusión de modos y estilos de nuestra época. Hay calidad en lo que se muestra y se adereza con una propuesta futurista.

Es así que hay ballet flamenco, danza española, hip-hop y la soltura urbana del break dance. Pero no es una ensalada dispersa y ni siquiera colorista. Todo lo contrar...

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Faltaba por llegar al universo de la nueva danza teatral española la estética posindustrial con sus superficies oxidadas y su densidad ambiental. Los creadores Angel Rojas y Carlos Rodríguez han madurado en lo expresivo y en lo conceptual ofreciendo un verdadero ejercicio, de muy buena factura, de fusión de modos y estilos de nuestra época. Hay calidad en lo que se muestra y se adereza con una propuesta futurista.

Es así que hay ballet flamenco, danza española, hip-hop y la soltura urbana del break dance. Pero no es una ensalada dispersa y ni siquiera colorista. Todo lo contrario. Han medido los artistas el tono y el cromatismo para ir hacia un empaste de muy lograda factura. Probablemente es una obra aun en proceso y le sobren algo así como 10 minutos de metraje además de que deben ocultarse algunas costuras entre los bailes. Con todo, es una buena creación que da lección de cómo integrar esos modos ajenos a la tradición no a través de una armazón intelectiva excesiva, sino de la danza misma. Es que, cuando se hace a conciencia, el baile lo puede todo.

TITANIUM

Coreografía: Angel Rojas y Carlos Rodríguez. Compañía Nuevo Ballet Español. Teatro del Bosque. Móstoles. 21 de junio

Una escena que llama la atención es cuando un bailarín taconea sobre un trozo de hojalata (¿o es titanio, que es más caro? Al menos lo sugiere). Ya lo hizo recientemente Israel Galván en el Teatro Real de Madrid y como se sabe, esta cita viene de una tradición también callejera. La calle es una forja, un laboratorio muy vivo, y eso está presente en Titanium de principio a fin. Maravillan las acrobacias de ese duende enmascarado que domina la escena.

Entre los invitados está Manuel Liñán, que hace trío con Rojas y Rodríguez para enfrentarse sobre las tablas a los urbanitas, una especie de duelo o reto que se prolonga en toda la velada y que tiene un notable peso en lo dramático.

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