Vivir bien para tocar mejor

Alban Gerhardt tiene unas aspiraciones realistas. De esas que buscan llevar una buena vida que concilie con su trabajo y su servicio a la música, pero con total respeto hacia la profesión y sacando un sonido exquisito a su violonchelo. El alemán ya está haciendo la maleta para viajar a Madrid, donde toca el jueves y el viernes en el Teatro Monumental acompañado de la Orquesta de RTVE. El programa, dedicado al centenario eclipsado por Verdi y Wagner, el del nacimiento de Benjamin Britten, del que toca su ‘Sinfonía para violonchelo ...

Alban Gerhardt tiene unas aspiraciones realistas. De esas que buscan llevar una buena vida que concilie con su trabajo y su servicio a la música, pero con total respeto hacia la profesión y sacando un sonido exquisito a su violonchelo. El alemán ya está haciendo la maleta para viajar a Madrid, donde toca el jueves y el viernes en el Teatro Monumental acompañado de la Orquesta de RTVE. El programa, dedicado al centenario eclipsado por Verdi y Wagner, el del nacimiento de Benjamin Britten, del que toca su ‘Sinfonía para violonchelo y orquesta’.

“Britten es uno de los compositores más importantes de los últimos 70 años. Está a la altura de Shostakóvich y Prokofiev, pero también de Dutilleux, Ligeti y Boulez. Britten encontró su propio lenguaje, mucho menos radical que el de los compositores alemanes. Con Britten el oyente al fin cree que la música del siglo XX no necesita ser fea para ser buena”, comenta el violonchelista, que es la cuarta vez que toca con esta orquesta, que dice que tiene “muy buenos músicos con una gran energía”. Le gusta España, y dice que el español es un público atento que, cuando le gusta algo, lo demuestra de una manera muy entusiasta.

Gerhardt se define como un “joven de espíritu”, pero su álbum de fotos le delata: no duda en posar con su moto y el estuche de su intrumento en las calles de las ciudades alemanas y cuida su aspecto para quitarse algunos años. “La apariencia puede ayudar mucho a atraer nuevos públicos, pero desafortunadamente me he vuelto un poco serio para seguir haciéndolo. No soy tan ‘guay’, pero me estoy esforzando en visitar colegios y hacer actividades para jóvenes para llevarlos a los auditorios”, explica Gerhardt. En esta línea, Gerhardt apuesta por el modelo de “conciertos comentados al estilo de Leonard Bernstein, hablando con los niños y tocando para ellos como si fuera lo normal”.

Su vida es la de un padre de familia de esos que les gusta disfrutar. Nada de estrés innecesario ni delirios de divo. “Tengo una vida normal, una familia, me encanta cocinar, leer y jugar al fútbol o a la videoconsola con mi hijo de 14 años. Me encanta jugar al tenis, ir al teatro de vez en cuando, adoro a mi esposa y esquiar –no tengo problema en dejar de tocar el chelo un par de semanas si no tengo concierto, eso me ayuda a mantener mi amor por la música-. No soy un adicto al trabajo: Disfruto de la vida y sé como vivir bien”, confiesa Gerhardt.

La obra que interpreta en el Monumental es una pieza compleja pero llena de color, en la que el violonchelo lleva la voz cantante y dirige a la orquesta con esa mezcla de misticismo y realidad que es la música de Britten. “Es un trabajo muy versátil, cuatro movimientos con diferentes colores y creo que una de las mejores piezas escritas para chelo y orquesta. Es una pieza muy comprensible para un auditorio que no esté acostumbrado a la música contemporánea. Esta llena de emoción, tiene mucho ritmo y humor, pero también sufrimiento y dolor”, explica el violonchelista, que declara que “aprovecha el registro completo del violonchelo, que es el más humano de todos los instrumentos de la orquesta”.

Alban Gerhardt con la Orquesta de RTVE. 14 y 15 de febrero a las 20.00 en el Teatro Monumental. Entradas: de 11 a 25 euros.