De obreros de la construcción a ladrones de locales comerciales

Los arrestados usaban lanzas térmicas de cerrajería para reventar establecimientos

Vídeo: GUARDIA CIVIL

Un grupo de obreros de la construcción, de origen rumano y español, usaba presuntamente sus conocimientos en cerrajería y en el uso de la lanza térmica para reventar locales comerciales de la Comunidad de Madrid y de las provincias limítrofes de Cuenca, Ávila y Toledo. La Guardia Civil ha desarticulado a este grupo que llevaba operando más de cinco meses y al que se le imputan una veintena de hechos delictivos en tiendas de telefonía móvil y joyerías, entre otros establecimientos.

La forma de actuar del grupo siempre era la misma. Elegían locales que estuvieran abandonados o de alquiler...

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Un grupo de obreros de la construcción, de origen rumano y español, usaba presuntamente sus conocimientos en cerrajería y en el uso de la lanza térmica para reventar locales comerciales de la Comunidad de Madrid y de las provincias limítrofes de Cuenca, Ávila y Toledo. La Guardia Civil ha desarticulado a este grupo que llevaba operando más de cinco meses y al que se le imputan una veintena de hechos delictivos en tiendas de telefonía móvil y joyerías, entre otros establecimientos.

La forma de actuar del grupo siempre era la misma. Elegían locales que estuvieran abandonados o de alquiler. Tras vigilarlos durante varios días para comprobar que no había actividades en ellos, cambiaban el bombín de la cerradura. Días después, vestidos con trajes de trabajo, empezaban a hacer el butrón para acceder a los comercios contiguos. De esta forma, no levantaban sospechas entre las personas de la zona.

Una vez que tenían el agujero controlado, entraban en horario de tarde (entre las siete y las diez de la noche) y limpiaban el establecimiento, tras haber inutilizado los sistemas de alarma. De hecho, construían sus propias lanzas térmicas para reventar las cajas fuertes y las zonas protegidas.

Una vez que habían terminado se marchaban en distintos coches y se juntaban en una zona previamente pactada. Para ello utilizaban un coche lanzadera que no portaba los efectos sustraídos por si era detenido por los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado. Después localizaban a posibles receptadores (compradores del material robado a sabiendas) e incluso remitían parte de lo sustraído a su país a través de mensajería.

La Guardia Civil inició las investigaciones a raíz de un asalto a un cajero cometido en Humanes. Los agentes del instituto armado de Arroyomolinos comenzaron las pesquisas hasta que detuvieron in fraganti al presunto cabecilla cuando acaba de robar en una tienda de telefonía en Pinto. Se le incautaron en el vehículo 150 teléfonos móviles de última generación. El resto de la banda fue arrestada en Ciempozuelos y en San Martín de la Vega. Siete eran los integrantes de la banda, de los que tres han ingresado ya en prisión. En total, junto con los tres imputados por receptación acumulan más de 200 detenciones por hechos similares. Tienen edades entre 21 y 42 años. Ocho son varones y dos mujeres. Se han decomisado cinco vehículos.

La operación se ha denominado Mírame, ya que la banda utilizaba grandes medidas de seguridad. Solo entraban dos al establecimiento y el resto hasta cinco se quedaban fuera para vigilar que no llegara la policía. Se hacían gestos entre ellos para que no dejaran de mirar a todos los lados, según ha explicado el comandante jefe del puesto de Arroyomolinos, el teniente Ángel Quirós. La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha felicitado a los agentes por la operación y la importancia de que hayan ingresado en prisión los cabecillas de la banda.

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