¿Habrá hoteles para todos? ¿Y cabremos en el metro?

Pese a las notables calificaciones obtenidas del Comité Olímpico Internacional en el primer corte, realizado a finales de mayo, los apartados de alojamiento y transportes son dos de los que más dudas plantean en el informe presentado el 7 de enero en Lausana. Los Juegos obligan a reservar unas 40.000 plazas hoteleras sólo para deportistas, patrocinadores, periodistas y autoridades, por lo que los turistas (con o sin entrada) deberán alojarse fuera de la capital o en pensiones y otros establecimientos de menor calidad. Por otro lado, la propia candidatura advierte de que probablemente el tráfic...

Pese a las notables calificaciones obtenidas del Comité Olímpico Internacional en el primer corte, realizado a finales de mayo, los apartados de alojamiento y transportes son dos de los que más dudas plantean en el informe presentado el 7 de enero en Lausana. Los Juegos obligan a reservar unas 40.000 plazas hoteleras sólo para deportistas, patrocinadores, periodistas y autoridades, por lo que los turistas (con o sin entrada) deberán alojarse fuera de la capital o en pensiones y otros establecimientos de menor calidad. Por otro lado, la propia candidatura advierte de que probablemente el tráfico de la ciudad se vuelva insufrible, y confía en que los madrileños se marchen de vacaciones para que el transporte público no se colapse por el exceso de usuarios.

Alojamiento. Los deportistas vivirán en la villa olímpica (17.800 camas): sus familiares podrán alojarse si lo desean con familias españolas; los periodistas tendrán a su disposición una villa de medios con 3.000 habitaciones individuales de categoría (y precio: 183 euros) equivalente a tres estrellas. Para el resto, en un radio de 10 kilómetros alrededor del parque de El Retiro hay 35.843 plazas de dos a cinco estrellas, a las que hay se suman pensiones (4.027), apartamentos (3.371), residencias universitarias (5.644) y albergues juveniles o campings (743). En total, 49.628 plazas.

Para los Juegos, la candidatura debe reservar 38.021 plazas para los “clientes olímpicos” (organizadores, periodistas, autoridades, etcétera) en habitaciones de dos a cinco estrellas, es decir, 2.000 más de las que existen en la actualidad. Para cuadrar las cuentas, Madrid 2020 espera que se construyan nuevos hoteles (6.348 plazas más de tres estrellas), pero sobre todo echa mano de los establecimientos situados a entre 10 y 50 kilómetros de distancia, que suman 9.090 habitaciones adicionales. Aun así, sólo quedarían menos de 7.000 plazas disponibles para los espectadores y el resto de viajeros. El resto, debería alojarse en establecimientos de categoría inferior, y/o desplazarse a otros municipios de la región.

¿Cuánta gente vendrá a la capital de otros lugares de España o del mundo? Se pondrán a la venta casi nueve millones de entradas para los Juegos, aunque una parte corresponde a pruebas disputadas en las subsedes olímpicas, y una misma persona podría comprar varios tickets. Durante los Juegos, se espera en cualquier caso que haya hasta 500.000 espectadores al día en la ciudad. La falta de plazas hoteleras fue uno de los baldones de Madrid 2012. Sin embargo, en el primer corte de la pasada primavera, la capital obtuvo un 8,5, frente al 9,5 de Tokyo y el 7 de Estambul.

Respecto a los precios, oscilarán entre un máximo de 141 euros en hoteles de dos estrellas y 406 euros en establecimientos de gran lujo. Se ha previsto que los precios del alojamiento suban un 5% durante los Juegos.

Transportes. Los Juegos no servirían para mejorar la infraestructura de la ciudad, puesto que se harían obras “sólo donde sea necesario”. En concreto, se construirían tres estaciones de tren y dos de metro, y varios enlaces viales en los alrededores del cogollo olímpico, una zona aún por desarrollar. En total, 343 millones de inversión.

Durante los Juegos, se habilitarían rutas especiales, así como coches y lanzaderas, para los “clientes olímpicos” (deportistas, autoridades, prensa, etcétera). “Estas medidas incluirán carriles exclusivos, señales de tráfico modificadas, alteraciones en el tiempo de duración de los semáforos, cierres de carreteras, cambios en las restricciones de aparcamiento, etcétera”.

La filosofía de la candidatura pasa por mover al vulgo en transporte público. Para ello, no se cobraría a quien tuviera entrada; y, para “disuadir el uso de vehículos particulares”, se evitaría habilitar aparcamientos para coches en las sedes deportivas. Sin embargo, está por ver que la infraestructura de transporte público pueda absorber, incluso a pleno rendimiento, ese aluvión de viajeros.

La candidatura confía en que “la mayoría de madrileños” se vaya de vacaciones durante los Juegos para que el transporte público no se colapse por la llegada de viajeros. Según sus cálculos, en agosto se registran cerca de 80 millones de usos del transporte público, frente a los más de 135 millones de marzo o mayo. Durante los Juegos se espera que haya hasta 500.000 espectadores al día.

La propia candidatura señala en su informe algunas “limitaciones” en su estrategia: en primer lugar, el “desafío” de coordinar a todos los organismos implicados; además, convencer a ciudadanos y visitantes de que no usen las “rutas olímpicas”; evitar que los privilegios para deportistas, periodistas y autoridades colapsen la ciudad o causen perjuicios a sus habitantes; acomodar “el desplazamiento de miles de personas en un breve espacio de tiempo hacia alguna de las sedes que carecen de acceso por metro o tren” (se propone establecer autobuses lanzadera); y hacer frente al “reto” que suponen “los flujos hacia y desde el parque olímpico en horas punta”.

Respecto a los tiempos de desplazamiento, la candidatura estima que, en la actualidad, se tardan 20 minutos en ir en autobús del aeropuerto al centro de la ciudad, incluso en hora punta. Para 2020, espera que la media baje a 15 minutos, aunque no explica por qué. El informe asegura que la zona de Campo de las Naciones y la de Madrid Río están “a menos de 15 minutos de distancia”. En coche y sin tráfico, son en realidad 20 minutos; en transporte público, no baja en el mejor de los casos de 50 minutos.

Se promete además poner en marcha un sistema de préstamo de bicicletas para ciudadanos que evite que usen sus vehículos, que se hará extensiva también a los turistas. Es una vieja promesa municipal que aún no ha visto la luz por falta de fondos.

Madrid obtuvo un 8,5 en este apartado en el primer corte, la pasada primavera, la misma nota que Tokyo y dos puntos y medio más que Estambul.