El PP exige a Trias deshacer el acuerdo con el PSC para dar el sí a las cuentas

CiU negocia a la vez con PSC y PP los votos que le hacen falta para aprobar las ordenanzas

La historia se repite y el Partido Popular en el Ayuntamiento de Barcelona vuelve a lanzar un ultimátum al  alcalde, Xavier Trias, si quiere su apoyo para las ordenanzas y los presupuestos de 2013. El año pasado, el PP exigió la exclusividad a CiU para aprobar las cuentas con la esperanza de que después entraría en el gobierno, lo que no ocurrió. Este año ha vuelto a plantear lo mismo -podría dar el sí a las ordenanzas y a los presupuestos- con otra condición: que Trias deshaga el acuerdo al que llegó con los...

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La historia se repite y el Partido Popular en el Ayuntamiento de Barcelona vuelve a lanzar un ultimátum al  alcalde, Xavier Trias, si quiere su apoyo para las ordenanzas y los presupuestos de 2013. El año pasado, el PP exigió la exclusividad a CiU para aprobar las cuentas con la esperanza de que después entraría en el gobierno, lo que no ocurrió. Este año ha vuelto a plantear lo mismo -podría dar el sí a las ordenanzas y a los presupuestos- con otra condición: que Trias deshaga el acuerdo al que llegó con los socialistas que le facilitó aprobar el Plan de Actuación Municipal (PAM). Fue la abstención del PSC y los dos votos de Unitat per Barcelona (UpB) lo que permitió  a Trias aprobar el PAM. "Si alguien -en referencia a CiU-quiere aprobar algo con el PP hay modelos de ciudad que son incompatibles", afirmó Alberto Fernández Díaz que, además, calificó de "humo" al acuerdo alcanzado para el PAM porque no concretaba los proyectos más allá de líneas de estrategia general.

La pelota está en el tejado del alcalde que deberá elegir estrategia, socio  y calendario. De momento no ha decidido. La segunda teniente de alcalde, Sonia Recasens, ha iniciado  conversaciones a dos bandas y se reunió el martes con el PSC, por un lado, y con el PP, por otro. Con la misma finalidad: buscar in extremis el apoyo para las ordenanzas fiscales -que tuvieron que ser retiradas de la orden del día del pleno del viernes pasado- y no verse obligada a prorrogarlas, algo que, por otra parte, tampoco descartan,. Si quieren aprobarlas inicialmente se debería celebrar un pleno extraordinario la semana próxima. Recasens quiere aclarar el pacto de las ordenanzas -los ingresos por impuestos y tasas del año próximo- y, después, afrontar la negociación de los presupuestos. El PP no se opone a ajustarse a ese guión pero dejando claro que una cosa llevará a la otra: "no vamos a dejar que nos tomen el pelo". 

Los socialistas, en cambio,  quieren afrontar las negociaciones de los presupuestos y el marco económico del mandato a la vez y plantearon a Recasens  entablar conversaciones "con más calma", según precisa un edil socialista,  y optar por prorrogar las ordenanzas. Este escenario llevaría a la aprobación de los presupuestos probablemente en febrero, es decir, una vez aclarado el tablero resultante de las elecciones autonómicas.  Algo que parece importar bastante al grupo municipal socialista y no tanto a Recasens -de Unió Democrática -que el año pasado pactó cómodamente con el PP ordenanzas y presupuestos. Como ya ocurrió en 2012, el alma de Unió del grupo municipal se siente más cómoda negociando con el PP. No ocurre lo mismo con los  ediles de Convergència con más sintonía con las filas socialistas. 

 

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