Otros dos casos muy similares

Las muertes de dos niños desaparecidos se resolvieron con el hallazgo de los cuerpos tras haber sufrido algún accidente

Jonathan Vega Barrull, desaparecido en San Fernando de Henares.

El hallazgo de un cuerpo en una laguna cercana a la M-40 y que podría pertenecer a Gabriel Vidrascu, rumano de 12 años, recuerda a otros dos trágicos casos registrados en las últimas décadas en la región madrileña. En ambos, las investigaciones policiales y forenses demostraron que los niños habían muerto de manera accidental, ya que no se hallaron indicios criminales en los fallecimientos.

El primero ocurrió en una zona cercana a la de la desaparición de Gabriel. Un pequeño rubio de tan solo tres años, Jonathan Vega Barrull desapareció el 28 de mayo de 2000 en un conocido hipermercado ...

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El hallazgo de un cuerpo en una laguna cercana a la M-40 y que podría pertenecer a Gabriel Vidrascu, rumano de 12 años, recuerda a otros dos trágicos casos registrados en las últimas décadas en la región madrileña. En ambos, las investigaciones policiales y forenses demostraron que los niños habían muerto de manera accidental, ya que no se hallaron indicios criminales en los fallecimientos.

El primero ocurrió en una zona cercana a la de la desaparición de Gabriel. Un pequeño rubio de tan solo tres años, Jonathan Vega Barrull desapareció el 28 de mayo de 2000 en un conocido hipermercado de San Fernando de Henares. Fue un camionero el que halló el cráneo y las costillas del pequeño el 21 de noviembre de ese mismo año. Justo a 20 metros de esos restos óseos, fueron localizados unos pantalones azules con peto y unas zapatillas con el dibujo del canario Piolín, el personaje de los dibujos animados.

La Policía Científica confirmó una semana después a través de ADN que se trataba de Jonathan Vega Barrull. Los análisis posteriores determinaron que el niño se perdió cuando regresaba a su casa, en el poblado de Las Castellanas. Este se encontraba a unos 800 metros del lugar donde fueron localizados los restos. Como los huesos presentaban algunos arañazos, en su momento se habló de que el niño pudo ser atacado por alguna alimaña. En cualquier caso, se descartó el móvil criminal.

Cartel de búsqueda de Donovan Párraga.

El segundo caso se produjo el 27 de febrero de 2002 y se convirtió en una de las desapariciones más largas de los últimos años en España. Dónovan Párraga, un chico de 12 años, salió de su casa en Trijueque (Guadalajara) a una clase de yudo, pero nunca llegó. Vestía una sudadera blanca, en la que llevaba inscrito su nombre, unos pantalones vaquero y unas zapatillas deportivas. En el bolsillo, tan solo 15 euros.  La búsqueda se inició esa misma madrugada por los alrededores de la casa familiar, y se extendió enseguida a Madrid. Los amigos explicaron que Donovan les había comentado que tenía pensado irse a la capital, donde su abuela, en el barrio de Vallecas. Algunos vecinos declararon haberle visto en la vía de servicio de la carretera haciendo autoestop en dirección a Madrid.

La triste incertidumbre terminó el 23 de enero de 2003 cuando el cuerpo de Dónovan Párraga fue hallado muerto en una depuradora de la urbanización La Beltraneja, en Trijueque. La Guardia Civil descartó que muriera de forma violenta, ya que no hallaron lesiones en el cuerpo.

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